Anita y el albañil en el fondo
Fecha: 27/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Voyerismo
Sexo Duro
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Ese verano había sido bastante caluroso en Buenos Aires.Habíamos contratado un albañil para que hiciera unos arreglos en el departamento que había al fondo de nuestra casa.El hombre se llamaba Edmundo y había sido recomendado por unos vecinos.En el calor de la tarde Ana y yo nos habíamos recostado en nuestra habitación para hacer una siesta. Ella estaba bastante caliente, pero el calor no daba ganas de hacer nada y menos aún de tener sexo.De repente ella se levantó de un salto, diciendo que hacía un buen rato que no se oía ruidos en el fondo; por lo que suponía que el albañil había dejado de trabajar.Le dije que se quedara tranquila; tal vez estaba midiendo algo o pensando cómo continuar; pero Ana insistió y dijo que iría a controlar al hombre.Se dirigió hacia allá y, al principio, solo hubo un silencio prolongado, pero después pude oír claramente unos murmullos creciendo en volumen, como si Ana y el albañil estuvieran discutiendo…Me levanté de la cama y me acerqué a la ventana, desde donde podía observar lo que sucedía en el fondo, sin ser visto por ellos.Ana estaba f***ejeando con ese hombre. Él la tenía abrazada con una mano por la cintura y con la otra le levantaba su minifalda de jean y le tocaba la entrepierna. Mi esposa se debatía tratando de evitarlo pero sin poder lograrlo.Yo estaba a punto de salir para ir en defensa de mi mujer, cuando pude notar que ella bajaba los brazos en señal de rendición. Entonces decidí quedarme allí en las sombras y observar qué pasaba ...
... allá atrás…Anita dejó de ofrecer resistencia y permitió que Edmundo continuara manoseándola. Su mano subió hacia la musculosa de algodón que llevaba mi esposa y comenzó a sobarle las tetas por encima de la tela. Ana gimió y volvió a debatirse un poco, pero no demasiado.El tipo levantó la camiseta y entonces su mano llegó directamente a acariciar los pezones de mi mujercita, que se endurecieron al instante.Luego su mano libre volvió a bajar, para acariciarle la concha por encima de la delgada tela de su breve tanga. Con el otro brazo seguía apretándola contra su fornido cuerpo.Pude ver que Ana parecía estar bastante excitada…No sólo lo dejó acariciarla sin más resistencia, sino que, además, separó un poco sus muslos para que la mano de Edmundo entrara con más facilidad.El albañil, al darse cuenta que ella aceptaba sus avances, metió un dedo por debajo de la tanga y lo hundió bien profundo entre los labios vaginales de mi esposa. Ana levantó su mano para aferrarse de la nuca del hombre. Sus piernas parecían haberse aflojado y ya no la sostenían de pie.De repente tuvo un intenso orgasmo que la hizo aflojar del todo. Quedó colgada del brazo de Edmundo, mientras lanzaba un agudo aullido de placer.El albañil continuó explorando la vagina con su dedo y acariciando con suavidad los labios externos y el clítoris; hasta que Ana nuevamente dio otro pequeño grito y se mordió los labios para reprimir más aullidos.Supe que había tenido un segundo orgasmo en manos de ese tipo.Edmundo sonrió ...