Debutando con Perla:
Fecha: 22/06/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: leandro30, Fuente: SexoSinTabues
... como mi pija era cobijada íntegramente por su concha elástica, la cual succionaba y apretaba con fuerza mi erección. No podía parar de gemir, el gozo que experimentaba era tremendo. Perla también estaba disfrutando, jadeando y sacando su lengua agitada por nuestra cogida. La penetraba lentamente, una y otra vez, para hacer durar ese maravilloso momento el mayor tiempo posible. Por momentos ella giraba hacia atrás lamiendo la zona del coito ansiosamente. Luego volvió su cabeza hacia el frente encorvando su lomo. Saque mi pija de su interior y al volverla a meter, sentí un placer mayor. La sensación del rose de mi pelvis contra sus pelos, me provocaba una calentura tremenda que redoblaba mi placer. Los sonidos que provocaban mi verga al bombear su chochito ardiente, aumentaban mi excitación provocando que la embistiera con mayor intensidad, observando como mi pene inflamado a punto de reventar, iba y venía sin cesar. Estaba totalmente en trance, sintiendo ese nuevo placer que antes desconocía por completo. Me temblaban las piernas, mi respiración se entrecortaba y mis gemidos aumentaban a medida que penetraba a mi perra hasta lo más profundo de su vagina, ensartándola por completo. . Mi miembro estaba atrapado por esa concha animal, que no parecía dispuesta a soltarlo fácilmente. Me ponía al palo ver el contraste entre los labios vaginales de mi perra y mi pene, los cuales se adherían al tronco de mi pija apretando con fuerza y estirándose cuando la sacaba un poco. Su ...
... interior era un infierno, el calor de su chochito quemaba mi enardecido miembro, llevándome a experimentar un gozo tremendo. Continúe durante varios minutos metiendo y sacando mi verga de la suculenta raja de Perla, que me tenía loco. Pase uno de mis brazos por debajo de su abdomen que se encontraba hirviendo, mientras que con la otra mano la tome de uno de sus muslos. Deje una de mis rodillas apoyada sobre el colchón y flexione mi otra pierna, asumida esta posición, empecé con renovado entusiasmo a coger con más ganas a la perra. Las embestidas eran tan fuertes que zamarreaba bruscamente a mi perra, mientras su concha emitía fuertes sonidos producto de mi penetración salvaje. Esto provoco que mi calentura llegara al clímax. Sin poderme contener continúe cogiéndomela, y en segundos comencé a descargarme por primera vez en su vagina, mi pene latía fuertemente mientras inyectaba una generosa cantidad de semen. Habiendo ya terminado deje mi pene dentro de ella, sintiendo como su chocho exprimía mi pija sacándole hasta la última gota de leche. Pasaron algunos segundos, para que mi pene perdiera su erección, saliendo solo de su placentero encierro. Mi perra se volteo y comenzó a lamer su chochito rebosante de semen y fluidos vaginales. Mientras tanto, yo me encontraba en las nubes perdido en aquel orgasmo maravilloso, el sudor me chorreaba por todo el cuerpo, mi boca estaba seca y mi respiración aún se entrecortaba. Una vez que Perla dejo de lamerse su vagina, vino hacia mí, y comenzó a ...