1. Familia sin tabúes (11) Jack, Sam y vicio


    Fecha: 19/06/2019, Categorías: Gays Erotismo y Amor Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos

    ... manchando el suelo de gotitas de pre-cum. Lo miré un instante con lujuria, recreándome en lo hermoso que era, joder, y separándole con mis manos las protuberantes nalgas, enterré mi boca entre ellas. Le rompí con los dientes la tirilla del tanga, y comencé a chuparle el culo como un puto hambriento, que encuentra un exquisito manjar, después de días sin comer. Primero fueron simples lametones, pero poco a poco, fui ejerciendo mayor presión con la lengua, para introducírsela a través del agujero, y follárselo entero sintiendo su calor. Para darle mayor placer a Sam, con mis manos le acariciaba las pelotas, y le estiraba la polla con fuerza hacía abajo, enganchándola del capullo con los dedos. Me encantaba ordeñarle el cipote, descapullarlo por completo, contemplando como la piel se plegaba hacía atrás, dejando a la vista un capullo muy rosado, y sacarle por raja el espeso pre-cum, que me otorgaba el masaje. La zorra de Sam arremetía su trasero contra mi boca, golpeándome duro en la cara, metiéndose la lengua entera, mientras le agarraba el pollón a Jack, que estaba a su lado, y se pegaba bofetones con él en la cara. - Colega, mi putita está deseando que le metas el consolador por el culo, ya está más que lista la guarrilla, y quiero grabarlo. Coge el dildo grande y negro, y atraviésale el ano con él, y goza viendo como disfruta el mamón, ya verás como se corre de gusto. - Mientras Jack decía esto, Sam seguía arrodillado en el borde de la cama, pero se había agachado ...
    ... completamente sacando su polla por fuera del colchón, dejándome el culito en posición de ataque, y con el boquete del ano bien abierto. Cogí el consolador que me indicó Jack, y lo embadurné con bastante crema. Era el más grande, enorme, como dos veces mi cipote, se lo coloqué a las puertas de su ojete y comencé a introducírselo muy despacio, reposadamente. Conforme entraba perforándole el ano, la maricona no paraba de chillar como una loca, moviendo la cabeza de lado a lado, y retorciendo su cuerpo contra la cama. Jack me animaba a que se lo metiera entero, hasta el fondo, sin piedad ni compasión, y sin un atisbo de misericordia. ¡Increíble tíos!, pero se la tragó entera el vicioso. Yo le miraba el ojete super ancho, grandísimo, un señor boquetón, ¡Que morbazo!, parecía que el dildo era parte de su cuerpo, y que no entraba, si no que le salía del trasero. Sam se había apoderado del pollón de Jack, y mientras yo lo envergaba con el consolador, él se lo devoraba sin descanso. Le hacía gruñir de gusto al cabrón, la follada que le estaba dando en la boca, corneándola cruelmente, mientras le agarraba de los pelos con la mano, ¡Uffff!, era impresionante. Ahora sé, porque el mamonazo quería que le metiera el consolador a lo salvaje, porque la maricona se ponía a mil por hora, y se convertía en una grandísima cerda. A los pocos minutos de estar así el colega, recibiendo por ambos boquetes, empezó a retorcerse en la cama de placer, la maricona se estaba corriendo de gusto, sin tocarse siquiera ...
«12...456...»