CAROLINA, LA MAS DIVINA. - Relatos Eróticos

CAROLINA, LA MAS DIVINA.

Tengo una compañera de trabajo que se llama Carolina. Carolina tiene unos 40 años, es una chica gordita y de baja estatura. Es una chica graciosilla, no es bonita pero es simpatica.Conoci a Carolina en este trabajo en el que llevo ya 4 años y medio. Nuestros inicios no fueron muy prometedores porque ya ella tenia tiempo trabajando en la empresa y yo llegue a un puesto superior al de ella, lo que la subordinaba a mi, lo que la habia predispuesto contra mi posición.Sin embargo, habia algo en ella que me atraía y con el paso de los dias me fui dando cuenta que yo tampoco le era del todo indiferente. Y asi dia tras dia, nuestra relación laboral se fue distendiendo y la amistosa se fue estrechando.Pronto comenzamos a comer juntos, a conversar a toda hora y a contarnos cosas mas personales. Pronto nos hicimos cómplices y confidentes. Ella me confió que su marido le era infiel y que ella sufría indeciblemente. Cada momento que pasaba hacia mas evidente que habia mucha química entre ambos.Un buen dia yo tuve que salir de mi ciudad. Estando yo afuera y hablando por telefono con ella como ya se nos habia hecho habitual, ella me pregunto cual era el dia de mi retorno para ir a buscarme al aeropuerto. Asi quedamos.Llegado el dia de mi retorno, efectivamente mi querida amiga me fue a buscar en su coche al aeropuerto, el viaje en su auto hasta la ciudad transcurrió con normalidad total.Pero una vez en la capital ella no se dirigió a la empresa si no que tomo otro camino y termino en el ...

... estacionamiento de un motel. Yo quede altamente sorprendido.Una vez en la habitacion nos besamos intensamente y nos quitamos la ropa con furia. Carolina me indico la cama, yo me tumbe de espalda y ella sin mayores preámbulos se arrodillo a más lado y se llevo mi verga a la boca, que por cierto estaba tan dura e hinchada que se le podían contar todas sus venas. Lamió con fruición la cabeza hinchada y babeante de mi verga y paso su lengua de arriba a abajo. Llegaba con esa lengua inquieta hasta mis bolas, se entretenía un rato alli y luego subía por todo el tronco hasta llegar a jugar con la cabeza nuevamente, tomo entonces la polla con su boca y mamo, chupo y lamió mi verga a total placer. Los ruidos de succión que hacia con su boca, se metían en los huesos y casi me corro alli en su boca, por lo que tuve que pedirle que parara.Acto seguido quise retribuirle el placer que me habia dado y me dispuse a comerle el coño. Oh sorpresa! Carolina tenia el chocho mas grande y perfecto que habia visto nunca.Un coño gordo de gruesos labios mayores y largos labios internos rematado todo esto con un largo y gordo clítoris duro como una piedra de rio. De aquel maravilloso coño rezumaban jugos sexuales con olor a gloria. Comencé a trabajarla con los dedos, aquella vagina hambrienta era suave y caliente y se abría deseosa al ma mínimo toque, acarcie con mucho amor a aquella almeja gigante hasta que comenzo a retorcerse de placer y a gemir como una loba en celo, sin sacar mis dedos de aquella ...