Víctor, el futuro médico - 8° parte
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Gays
Sexo Duro
Tabú
Autor: saskatchewan, Fuente: xHamster
Durante el resto del día en lo único que pensaba fue en Marta. Sobre todo en esa “extraña” invitación a conversar sobre mi relación con Susana y con Víctor. Hasta donde podía darme cuenta, todos, en especial ella, estaban muy contentos de cómo se iban dando las cosas. Tampoco podía sacarme de la cabeza una idea que hasta ese momento nunca se me había cruzado por la mente. Marta era una mujer, que seguramente si se ocupara más de mejorar su aspecto, sería un terrible minón. Tenía una excelente figura, que con un vestido que realzara sus tetas y sus caderas, más un poquito de rímel y labios pintados, estaría para el infarto de varios. Recordaba el juego tácito de ambos en donde yo le mostraba mi verga y ella disfrutaba de lo ofrecido. Me calenté recordando el casi beso que estuvimos a punto de darnos, y la visión que tuve de sus tetas cuando la acompañé al colectivo.Empecé a pensar seriamente en Marta. ¿Estaba intentando seducirme? ¿Pretendía que fuera yo quien la sedujera? Tendría que esperar hasta el día siguiente para saber exactamente qué era lo que pretendía con la conversación que tendríamos a solas. Me imaginaba chupándoles esas hermosas tetas, mucho más grandes que las de Susana, y cogiéndola hasta hacerla gritar. Tuve que hacerme una paja para poder dormir.Salgo a la calle y el día estaba nublado, parecía que en algún momento se iba a largar una lluvia. Tome una campera impermeable, por las dudas, y fui a mi encuentro con Marta. Tendría que cargar con esa prenda el ...
... resto del día, ya que como todos los miércoles, no llevaba el bolso al profesorado. Llegué tan temprano (ocho menos cuarto de la mañana) que desde la esquina pude ver cuando Susana se despedía de su madre en la puerta de calle. Víctor a esa hora ya debería estar en la guardia del hospital. Me escondí detrás de un árbol para que Susana no me viera, y cuando ella dobló en la esquina, me encamine a mi encuentro con Marta.Me abrió la puerta, me saludo con un beso en la mejilla y me hizo pasar al comedor. Mi verga se endureció en cuanto la vi. El rodete, con el que normalmente sostenía todo su cabello, no estaba. Todo su cabello negro estaba suelto alrededor de su cara, realzando las facciones de su rostro. Tenía apenas un poco de rubor en sus mejillas, una línea de rímel en sus ojos y los labios pintados de un rojo furioso. Llevaba puesto un vestido azul a lunares blancos, con dos gruesos tirantes que conformaban un escote cuadrado donde sobresalían claramente sus preciosas tetas, podía deleitarme con el “canal” que separaban a ambas. La falda por encima de sus rodillas me volvió loco de pasión. Lo que había soñado e imaginado la noche anterior, estaba frente a mí y no sabía qué hacer. Deje que ella tomara la iniciativa, en definitiva Marta me había invitado a estar allí en ese momento.Apunté hacia el sofá y ella me dice:- “Vamos a la cocina y así podremos conversar y tomar mate al mismo tiempo.”Me senté en la silla de la cabecera que daba espaldas a la puerta de la cocina. Ella en ...