La dependienta me quiso chantajear I
Fecha: 04/11/2017,
Categorías:
Dominación
No Consentido
Autor: sireleo, Fuente: CuentoRelatos
Como en anteriores relatos os he contado, más de una vez iba con alguna amiga o sumisa al Corte Ingles a comprar lencería, y bueno, la mayoría de las veces siempre nos atendía una chica muy mona de unos veinte y pocos, se llamaba Mónica, 1.60 de alto, buenos pechos y un culo pequeño pero redondo y prieto, pelo castaño y recogido en una cola. La verdad es que como siempre que íbamos se dejaban una pasta en lencería, siempre que nos veía aparecer se apresuraba a atendernos, siempre muy bien, por cierto. A mí me miraba siempre con extrañeza, pues veía que no siempre era la misma, pero siempre compraban a mi gusto, y además como buena comercial ella siempre se acordaba, y si con la que iba era nueva, sabia la lencería que tenía que sacar. El caso es que siempre que me veía aunque fuera solo, me saludaba y me preguntaba como estaba, pero siempre con educación y respeto. Pero una noche de diario, que salí a cenar con Cristina y Raquel y sus respectivos cornudos, en plan tranquilo, después de la cena nos fuimos a una sala de fiestas muy conocida en Granada a tomar una copa, y cuando llevábamos un rato allí y como era día de entre semana, no había mucha gente, y estábamos muy tranquilos y el ambiente no estaba nada cargado, por lo que apetecía estar allí. En un momento dado me levante de la mesa para subir a los servicios, y al ir por las escaleras me cruce con Mónica, esta iba con tres o cuatro amigas, yo la salude como siempre, pues al ver que me miraba di por hecho que me había ...
... reconocido. Pero no me gusto la sonrisa irónica que me echo, aunque al principio no le di importancia. Al salir del servicio estaba allí esperándome, llevaba unos leguis marrones muy pegados y finos, y una camiseta que le llegaba justo donde acaba el culo, por lo que se le marcaba perfectamente el culo y sobretodo el tanga, y unas botas negras de montar, y el pelo recogido en una cola, igual que en su trabajo, y un poco pasada de copas. -Mónica.-Hola, que haces por aquí?, ya he visto abajo a tus “amiguitas”. Cuando me hablo me di cuenta que estaba con una copa de más, pero no como para no saber lo que hacía. -Hola Mónica, de fiesta? -Mónica.-Si, estoy de vacaciones y tú? -Pues con unos amigos de cena. -Mónica.-Ya las he visto abajo, y también he visto que están con sus maridos. -Y? -Mónica.-Y?, pues que estamos tiesas y no tenemos para pagar lo que nos hemos bebido, y quiero que las pagues tú o tus amiguitas o les cuento a sus maridos lo que compras con ellas, y que las tratas como si fueran tuyas. Al principio me quede descolocado e incluso pensé que era broma, pero al mirarla a la cara me di cuenta que iba en serio. -Creo que te equivocas guapa, y no es la forma de entrarme, te hubiese sido más fácil pedírmelo que exigírmelo, y ahora vete y no metas la pata que te puede salir caro. -Mónica.-Jajá jajá, no me crees? Y dándose la vuelta bajo las escaleras y enfilo hacia la sala y en particular hacia la mesa en la que estaban sentados mis amigos. Yo fui tras ella y al acercarme a ...