"ZARAGOZA ENTRE TUS PIERNAS" - Relatos Eróticos

"ZARAGOZA ENTRE TUS PIERNAS"

Es mad**gada, y el agua choca con violencia contra los cristales de mi coche que tiene un rumbo marcado, donde me encontrare contigo.Crece el ritmo de mis latidos con cada kilometro recorrido de ese camino, me gustaría cerrar los ojos, imaginar lo tórrido de tu abrazo al encontrarnos, tus brazos rodeando mi cuello mi mano en tu culo pegandote mi cuerpo, tu respiración agitandose con cada caricia en tu cuello, tu sexo mojado que se frota contra el mío, allí en publico sin pudor alguno, no existe el mundo mas allá del espacio que ocupamos.Al fondo las brillantes luces de la imperial Zaragoza hacen de faro que me guía a mi destino , suspiro ya casi puedo olerte, sentirte, aun no estarás cuando llegue, tendré tiempo de preparar nuestro sitio y aguardarte con sorpresas, una cena, un vino, una luz tenue que te reciba, tengo ganas de ver tu cara sonriente cuando entres en la habitación que he reservado.El tiempo pasado rápido, no he parado y bajo apresurado tras recibir tu mensaje….- “Ya he llegado mi Señor”-Son las tres de la mañana hace frío pero yo estoy sudado, salgo del hotel y bajo una escalera mecánica que a estas horas permanece “dormida” cruzo el hall y entro en los hangares buscando entre la gente que viene de frente el brillo de tu pelo y la luz de tu sonrisa.Ahí estas,…. sueltas tu maleta, dejando las manos libres para abrazarte a mi cuello muerdo tus labios y como desee te aprieto contra mi, no dejando entre tus pechos y el mío ni un hueco.Suspiras, sonríes me besas en ...

 la mejilla con un beso apresurado. -“Tengo hambre”- dices.Me has obedecido has esperado ha llegar sin probar bocado.De la mano salimos de la estación, yo arrastro tu maleta, tu te contoneas feliz como una gata que se siente querida y mimada, sonríes constantemente, suspiras cada tres pasos, te beso y te arrimo a mi costado.Al entrar en el hotel me saludan educadamente, subimos en el ascensor cuyas paredes son espejos y tonteamos, te meto mano y te ríes, el trayecto es corto demasiado corto, pero ya encendiste mi pasión, en mis pantalones esta la prueba de ello, están mojados.A la izquierda te indico con mi mano, siendo un diablo, “Tu Diablo”, solo puede ser un camino a la siniestra el que recorramos, abro la habitación y tu cara se ilumina al encontrar una gran estancia, te sorprendes y me miras, me sonríes incrédula, te cedo el paso.Es una suite en el centro un mesa de despacho, al fondo un cómodo sofá y una mesa baja en la que hay dos cajas una de bambú y otra envuelta en papel verde, la completa una cubitera repleta de hielo en la que asoma un botella de vino blanco, tal como te había prometido.Tu miras a un lado y al otro ensimismada, descubres un espejo de cuerpo entero con el que coqueteas antes de volver sobre ti y besarme la boca.Te giras mirando la cama, ante ella hay enormes ventanales dejan pasar las luces de la ciudad.-“Cenemos algo”- te digo.De la nevera saco unos langostinos que he traído, sabiendo cuanto te gustan, te señalo la caja de bambú sobre la mesa, en ...