Una noche para tres - Relatos Eróticos

Una noche para tres

... puede y al seguir mi pantalón con tu mano mi miembro empalmado te da el empujón que necesitas. Te levantas, me extiendes la mano y me llevas a la pista. Es la hora de demostrarme si eres capaz de ligarte a un bellezón como tú. Empiezas a bailar y algunos te miran mientras contoneas ese cuerpo tuyo. Atraes la mirada de muchos tíos, eso no es ninguna sorpresa, pero también de algunas chicas. Me gusta cómo te mira esa en la barra, ya me había fijado antes, había entrado con una amiga rubia igual de imponente. Ahora su amiga está dándose el lote con un tío por ahí detrás y parece que ella se aburre ahí sola. Te lo digo al oído y tu sin ningún disimulo la miras. Eres muy traviesa. Empiezas a bailar mirando en su dirección, parece que a ella eso le gusta y parece incluso divertida. Es hermosa, de pelo castaño y media melena, ese vestido ajustado que lleva le hace justicia a ese cuerpo y esos tacones realzan su figura levantando ese culito.Creo que ya es momento de dejar de jugar y dejar de ver el toro desde la barrera, ha llegado el momento de lanzar los dados. Prefiero intentarlo que arrepentirme. Te digo que vayamos a la barra a pedir otra copa y tú sabes exactamente donde hay que ir. Nos abrimos hueco cerca de esa sensual dama y te presentas sin decirme nada. La cara de tonto que se me queda es para enmarcar. Ella se ríe divertida y te dice su nombre, hay tanto jaleo que apenas me entero de nada. Soy un mísero espectador y me parecía que ese iba a ser mi papel toda la noche. ...

... Le ofrecemos algo para tomar y acepta así que mientras ellas congenian yo me esfuerzo porque la tía esa antipática de la barra me preste atención y me cobre un riñón por tres copas. En posesión de las bebidas, las veo muy divertidas, me dirijo a ellas y le ofrezco a cada una su peculiar bebida. Por fin, parece que reparan en mi existencia, y mi chica me dice su nombre, me acerco a ella, le digo el mío y nos damos dos besos. Su olor me cautiva. Ese ligero instante recibo una fragancia que recorre mi piel.Su amiga vuelve a decirle que esa noche no dormirá en casa y que sino la importa la deja sola. Nos la presenta y desaparece tan rápido como ha llegado. Ante la situación ves el momento que estabas esperando y le dices de ir a otro sitio a charlar con más tranquilidad y conocernos mejor. Se lo piensa un poco, pero la convences y al final la invitas a tomar una última copa a casa. Mi fama haciendo mojitos se pondrá a prueba una vez más por lo que veo. Nos dice que ha venido en taxi así que voy a buscar el coche y las recojo en la puerta. Mi primera sorpresa es que ambas suben detrás. Hablan y ríen divertidas. A veces me da la impresión que hablan de mí pero debo centrarme en la conducción. Veo que mi chica está muy lanzada y le acaricia la pierna levantando un poco el vestido de tan tremenda morena. Menudas piernas, lástima que el retrovisor sea tan pequeño y deba enfocar otros lugares.Ya estamos llegando y se masca la complicidad, me estoy quedando muy descolgado en este juego. ...