La primera cogida anal de Claudia
Fecha: 02/11/2017,
Categorías:
Anal
Fetichismo
Tabú
Autor: marcolopezlit, Fuente: xHamster
... pezones parecían hechos de granito, y nuestros cuerpos estuvieron desnudos en un parpadeo. Sin embargo, ella dijo estar en sus días y no tener demasiadas ganas de que la follara, así que comencé a sobarle la rajita de forma superficial, es decir, sólo estimulando los labios y el clítoris, lo que también la volvía loca. Ella, por su parte, me estaba haciendo una mamada espectacular. No sé en qué momento comencé a acariciar su ano, pero ella no dijo nada e incluso gimió de placer cuando mi pulgar entró a su cuerpo. Los dedos medio y anular seguían jugueteando con su coño, y momentos después de que mis mecos le llenaran la boca, ella se vino. Antes, lo había tragado todo.Cuando le pregunté qué sintió cuando le metí el pulgar, dijo que había sido como una explosión y que no le había dolido más de dos segundos. Estaba más que dispuesta, me dijo, a probar el sexo anal.El día que sucedió, repito, ella llevaba puesto un vestido floreado. Estábamos en el bar con algunos amigos y hacía un calor de los mil demonios. Luego de la primera dedeada anal, compramos un pequeño dilatador que ella usaba a menudo cuando se masturbaba, lo que hacía cada vez con más frecuencia.Esa noche, mientras bebíamos y reíamos con nuestros amigos, jugueteé con el coño permanentemente mojado de Claudia casi enfrente de todos. Sólo que los demás no se daban cuenta.Hacia la media noche ella se levantó al baño y cinco o siete minutos después recibí un mensaje que decía: "Ven al baño, estoy caliente y tengo el ...
... dilatador metido hasta el fondo ;)". La invitación me pareció sublime, así que me levanté y entré, con discreción, al baño de mujeres. Por suerte no había nadie más, así que de inmediato supe en cuál cubículo estaba. Cuando entré, su vestido ya estaba doblado sobre la tapa del baño, y lo único que traía puesto eran los zapatos azules y una tanga negra y diminuta que se incrustaba en sus labios como si quisiera partirla a la mitad.Me precipité a besarla mientras me desabrochaba el pantalón y le sobaba su puchita mojada y sus nalgas. Entre ellas, debajo del hilo dental, estaba el círculo de plástico del dilatador.Se dio media vuelta y levantó las nalgas: "No me quites la tanga, se siente riquísimo que me roce el coño", dijo con el tono de voz más cachondo que jamás ha salido de su boca. Luego metí dos dedos en su vagina ardiente y la masturbé hasta que gritó. Con la verga le rozaba el ano, abierto, y los labios que abrazaban mis dedos y trataban de succionarme a su interior. También jugueteaba con sus pechos y sus pezones, con su espalda y su vientre. Ella se mordía el labio inferior y me acariciaba el pito con una mano; con la otra se apoyaba en la pared. Pasaron diez minutos antes de que, entre gemidos, me dijera: "jódeme por el culo, quiero sentirte en las entrañas".Saqué, con mucho cuidado, el dilatador. Tres dedos tomaron su lugar mientras trataba de ponerme un condón con una sola mano. "No te pongas nada, quiero sentir tu semen saliendome del culo en nuestra primera vez". ...