Helena y un subte lleno de gente - Relatos Eróticos

Helena y un subte lleno de gente

... placer: una verga bien dura que entraba y salía de su delicada conchita, que por supuesto ya estaba chorreando fluidos a mares, ultra dilatada. El negro me miró por encima del hombro de mi amiga y me sonrió, para luego seguir dedicándose a su propio goce.Helena me besó en los labios y me susurró al oído:” esta verga me está matando…”Yo seguía acariciando sus piernas cuando de repente sentí que esa cosa salía de su interior y se posaba en mi mano. La rodeé sin dificultad y comencé a masajearla. El hombre cerró los ojos y murmuró algo muy bajo, para luego mirarme agradecido.“Amor, quiero me la metas otra vez” me suplicó Helena, así que la deslicé entre sus piernas mientras ella se alzaba en puntas de pie y guié ese pedazo de carne dentro de su hermosa conchita otra vez. Unos instantes después Helena me comió la boca en un intenso beso, mientras temblaba sin control. Había alcanzado un “orgasmo silencioso” como solíamos llamarlo entre nosotras.El tren se detuvo y el hombre negro simplemente se salió de Helena, la besó en el cuello, le susurró algo al oído y se apartó empujado por la gente que descendía en esa estación. Parece que no había llegado a acabar dentro de ella.“Tenemos que viajar más seguido en el metro” dijo Helena con una mirada viciosa.Sí, claro, la próxima vez voy a vestirme con una pollerita, pensé, mientras acariciaba la cintura de mi amiga.