ROSITA Y CLARITA PARTE III. PLAYA, SOL, ARENA, AMO
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Anal
Sexo Interracial
Sexo con Maduras
Autor: Angelinno, Fuente: xHamster
... blusas, pues su sola caricia causaba que se erizara y se le ponían los pelos de punta. Apenas vi a Rosita no se quedaba atrás: una blusa playera sin sostén ni brassiere, y unos shores bien cortos de moda en ese tiempo hacían que se viera divinamente provocativa. En este punto me di cuenta de un dato muy interesante: tanto la madre como la hija tenían bien depilada y afeitadita sus respectivas partes íntimas, si saben a lo que me refiero.Como a la media hora, ya me sentía bastante bien así que decidí abandonar al grupo un rato y recorrer por primera vez la playa, la recorrí solo, la quise recorrer de punta a punta, desde las rocas que separan cada playa, hasta los medanales y me quedé bien chiquito cuando vi por vez primera el Mar Caribe. Ese mar que tanto habia visto y estudiado en libros, ahora lo tenía frente a mí. Me impresionó las enormes costas que abarca este mar. Seguí recorriendo y al final encontré a un señor mayor que estaba haciendo un pequeño pozo y me le quedé observando para lograr ver si entendía lo que estaba haciendo.No aguanté más la curiosidad, me acerqué y le pregunté:- Oiga señor. Disculpe, pero me gustaría saber qué está haciendo.El caballero me mira de arriba abajo y me preguntó:- ¿Es tu primera vez en una playa muchacho?- Sí, le respondí.Luego de un silencio me responde:- Muy bien te lo voy a explicar. Yo nunca estuve de acuerdo con las cremas para el sol porque muchas veces tiene químicos que te hacen irrita la piel y no te protegen de los rayos ...
... del sol. Así que hago un pozo y cada vez que me meta en el agua de mar, armo un pozo le meto bastante agua y lo vuelvo un barro espeso, y después de volverlo un barro espeso me baño por completo de ese barro porque eso ayuda a contrarrestar las posibles irritaciones y quemaduras que puedas pasar.Era un señor de muy poco hablar, canoso, le calcularía sus cincuenta años, pero muy cortés y educado en sus respuestas.- Entonces usted no cree en las lociones.- No, me contestó. – Otra cosa. Los sábados utilizo yo este pozo, y los domingos el primero que se meta allí. Aquí se respeta quien usa este pozo, y si lo estás usando nadie te usurpará tu lugar mientras lo uses.A pesar que no creía mucho en ello además de ser algo muy extraño, aquello me dio una idea espectacular.Me regresé a mi lugar con el grupo y ya el viejo me esperaba con un vaso rebosante de whisky y listos para rumbear. La tarde de ese sábado transcurrió sin novedad.La novedad ocurrió a partir de la noche. La familia entera y yo decidimos ir donde un grupo de personas que se encontraban bailando calypso y cuando llegamos el baile estaba en un paso que consiste en pasar bailando por debajo de un palo, donde la única luz era una fogata encendida que hacía juego con todo. Había un grupo de personas adelante, nosotros estábamos justo detrás, José con su inconfundible vaso de whisky y Rosita estaban delante de mí, Clara y yo estábamos detrás de ellos, y Carlos se fue a otro lugar del grupo.Yo por discreción me arriesgué al ...