ROSITA Y CLARITA PARTE III. PLAYA, SOL, ARENA, AMO
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Anal
Sexo Interracial
Sexo con Maduras
Autor: Angelinno, Fuente: xHamster
... despojarnos del poco de ropa que cargábamos y así experimentar nuevamente un momento de entrega total, donde solo sentiríamos nuestros alientos, caricias, besos, abrazos, sentirnos mutuamente hasta más no poder. Y así empezó el juego en el pozo de barro donde la hice caer.Estaba tan excitada que le había introducido mi dedo índice en la vagina. Mis pensamientos se habían hecho realidad, pero la situación era un tanto embarazosa para ella y todo su cuerpo se tensionó. Me di cuenta de su tensión de nervios y procedí a relajarla.Saqué mi dedo índice de su cucharota y me lo llevé a la boca. A pesar del amargo sabor del barro lo chupé con tanto gesto de placer, que la puso mucho más excitada, y volví a llevarlo a la entrada de su húmeda y caliente cueva, solo que ésta vez le metí el dedo índice en la vagina y el dedo anular de la misma mano en el ano. Lo hice muy despacio y poco a poco, para que no sintiera mucho dolor. Acostada boca arriba, recosté mi cabeza entre sus piernas y comencé a chuparle el clítoris al mismo tiempo que mis dedos bombeaban sus dos agujeros.Su primer orgasmo no se hizo esperar. A pesar del barro que se alojó también en la cucharota eso no impidió que encontrara delicioso el jugo saliente de la caverna de ella. Seguí moviendo mis dedos y mi lengua aumentando poco a poco la velocidad. Ahora ya era un volcán incontenible, y además de su lengua también entraron en juego sus labios. Me estaba almorzando y mamando una cucharota como nunca le había hecho a una ...
... mujer, y por eso me obsequió con otros dos orgasmos casi seguidos y abundantes. Cada vez que llegaba su vagina segregaba una considerable cantidad de flujo blanquecino y espeso, pero yo, lejos de darme asco, me lo bebía con frenesí y seguí lamiendo y chupando como si fuera la vitamina que me salvaría la vida. El mejor almuerzo que es muy difícil que vuelva a probar.Cuando terminó de llegar fui aminorando la velocidad de mi lengua y le saqué los dedos poco a poco. ¡Ya estaba a punto de caramelo!. Me incorporé de entre sus piernas y me tumbé a su lado. Ambos nos quedamos mirándonos a los ojos durante unos segundos, y después nos besamos en la boca como dos colegiales en celo. Las lenguas se entrelazaban e intercambiaban saliva mientras escrutaban hasta el último milímetro de encías y paladar del otro.Sin dejar de besarnos me palpaba con una de sus manos mi pecho. Después de mi pecho me agarró delicadamente mis bolas con la mano y me los masajeó lentamente. Yo por su parte le acariciaba las tetas y los pezones con una de mis manos, mientras la otra se ocupaba de nuevo de su raja. Ahora su mano subía por mis huevos buscando mi verga.A pesar de lo manchado que estábamos por el barro, pensó que era el momento de dejar de masajearme las bolas y dedicarse un momento a mi verga subiéndomela y bajándomela con la mano. Más tarde su lengua empezó a recorrer mi tronco, desde las bolas hasta la punta, de arriba abajo, y de abajo arriba, varias veces, mientras le miraba a los ojos con gesto ...