Helena y el último día en Brasil
Fecha: 01/11/2017,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Lesbianas
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Helena y el último día en BrasilHelena amaneció contenta y relajada en esa última mañana de conferencia. La noche anterior había quedado algo dolorida por la tremenda cogida que le habían dado los colegas en el ascensor, pero como siempre, se recuperaba rápido y ya estaba lista para más…Desayunamos muy tranquilas en el lobby y luego nos dirigimos al salón de reuniones. Por detrás nuestro apareció el desagradable personaje del Sr. Bottalo, un Gerente regional bastante denso, maleducado y baboso, que había estado m*****ándonos a ambas durante toda la estadía, haciéndonos comentarios soeces, propuestas de mal gusto y hasta intentando manosearnos. Esta vez, nuevamente, pellizcó la cola de Helena, que dio un respingo y lo insultó por lo bajo.Al entrar al salón vimos que el tipo se dirigía a una mujer morocha bastante sexy pero muy antipática, a quien habíamos visto siempre sola. Helena naturalmente no pudo con su curiosidad y no se quedó quieta hasta que consiguió averiguar que se trataba de la esposa de este energúmeno. Me preguntó entonces: “Me ayudarías a desquitarme??”. Acepté encantada y me contó entonces su plan.A la hora del “coffee break” Helena salió del salón y unos instantes después me llamó a mi celular. Me acerqué al señor Bottalo y le entregué el aparato, diciéndole que tenía un llamado urgente. El hombre escuchó a Helena del otro lado, se excusó con quienes le rodeaban, me agradeció el contacto y desapareció muy rápido, ante la mirada inquisitiva de su esposa. Dejé ...
... pasar otros diez minutos y me acerqué nuevamente a la mujer, diciéndole que su marido estaba esperándola en la zona de los baños.El plan de Helena consistía en atraerlo para que tuvieran sexo y luego hacer que la esposa lo descubriera en pleno acto. La mujer me siguió inocentemente y entramos directamente a los baños de hombres.El hall estaba vacío, pero desde una de las cabinas se oían unos inconfundibles gemidos de placer, aunque me sorprendió que los mismos no parecieran de Helena. Nos dirigimos hacia allí y de un golpe abrí la puerta, para encontrarme con una sorpresa realmente inesperada. Ni hablar de la cara que puso mi acompañante al ver ese espectáculo que seguramente jamás habría imaginado.Allí estaban los dos, ambos con los pantalones enrollados a la altura de los tobillos y naturalmente en plena actividad sexual. Pero lo inesperado fue encontrar a Helena balanceándose detrás del señor Bottalo, tomándolo por las caderas mientras le metía y sacaba con fuerza del trasero una gigantesca verga de silicona que llevaba colocada en un arnés. La esposa de este hombre quedó sin palabras, supongo que podía esperar ser cornuda estando casada con semejante hombre tan desagradable, pero tal vez nunca se imaginó que al tipo le pudieran romper el culo tan fácilmente.La pobre mujer finalmente dejó escapar un alarido de terror y se enfrentó a la mirada de su marido, totalmente perdido en el placer que le provocaba la penetración que le daba mi amiga. De repente cayó a la realidad y ...