Seduciendo con imaginación
Fecha: 17/05/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Onlymature, Fuente: CuentoRelatos
Acabo de cumplir 50 años, casada, con dos hijos. Mi marido tiene 55 años, llevamos 25 años de casados. Él es director de marketing de una empresa, yo trabajo en la misma área pero en un laboratorio. Tengo una personalidad fuerte, por lo que, a pesar de que en el trabajo la mayoría de las personas me respetan, incluyendo a los hombres. Por razones de trabajo debo estar bien presentada, arreglada, bien vestida. Para la edad que tengo, me siento bien, cuido mis hábitos, mi dieta y hago ejercicio. Me dicen que parezco que tengo 40 o 42 años. Hay una parte de mi cuerpo de la que me siento orgullosa y esas son mis piernas, así que cuando el clima y la ocasión lo ameritan, se evidencian cuando me pongo trajes sastre, faldas o vestidos, un poco arriba de la rodilla pues tampoco soy una jovencita, lo sé muy bien. Siento siempre la mirada de los hombres, sin importar su edad, y no lo niego, me gusta y a veces las muestro un poquito más, si la situación lo amerita, como puede ser el cierre de un negocio o venta con algún cliente hombre. Pero también percibo que no le caigo bien a cierto tipo de mujeres. Soy coqueta pero generalmente seria, aunque tengo sentido del humor y me gusta reírme. Disfruto cómo se llegan a poner nerviosos los hombres por mi personalidad, fuerte y dominante, por lo que pocos se han atrevido a seducirme y cuando encuentran mi negativa, terminan por retirarse. Mi marido así me conoció y me aceptó, y con sus altas y sus bajas, ya llevamos un cuarto de siglo de ...
... matrimonio. Creo que como su autoestima es alta y está seguro de mí, no expresa celos y no le molesta mi forma de ser y de vestir. Me deja ser libre y si no hubiera sido así, no estaríamos juntos. Por el trabajo de ambos, la edad y los problemas que nunca faltan, nuestra vida sexual ha decaído un poco, pero la sobrellevamos. Yo estoy con dos años de menopausia y él con ciertos problemas de erección. Dicho de otra manera: ni el deseo ni la biología son las mismas. Sin embargo, me gusta investigar y leer y no aceptar tan fácilmente las cosas. Por ejemplo, leí que es importante, para reavivar el deseo en parejas como la nuestra, potenciar la imaginación para vivir una sexualidad plena a través del erotismo y creo que sí funciona, para muestra dos botones. Debo decir que, en consonancia como soy, yo tomé la iniciativa. Fuimos a cenar a un restaurante, en pleno verano, me vestí con una falda corta negra, tacones y una blusa pegada color blanco, me recogí el cabello. Me sentía muy bien, cuando llegamos al restaurante sentí las miradas y mi esposo se dio cuenta y supuse que le gustó. Hablamos de muchas cosas, de repente le dije que iba al baño y cuando regresé me dijo que algunos hombres no me quitaban la vista de encima. Me senté y le dije: esos hombres que dices me miran pero son tan estúpidos que no se imaginan que no traigo ropa interior: entonces le entrego por debajo de la mesa a mi marido mis pantaletas. Se quedó incrédulo. Disfrutamos la cena en todos sentidos. Había logrado mi ...