1. Raquel en la discoteca


    Fecha: 11/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... disimulo, bailaron dos canciones y el chaval le dijo algo a ella y fue a la barra, allí hablo algo en el oído con uno de los camareros que le sirvió una copa. Luego volvió con ella y le ofreció la bebida, ella estaba desinhibida y bailaba con total descaro y sensualidad que hacía las delicias de la población masculina. El se acercó de nuevo y se pusieron a bailar muy pegados, por supuesto tomó nota del culo de ella y de sus pechos, pero como siempre de manera muy profesional y disimulada. Bailaron otras tres canciones y su novio y sus amigas seguían sin venir, a todo esto él le dijo algo en el oído y se fue, ella se quedó por un momento quieta y fue a la barra, allí pidió un vaso de agua, mientras el fulano estaba cerca de la zona de los servicios mirando hacia ella. Raquel terminó su vaso de agua y se acercó a una de sus amigas que estaba dándose el lote con un nene, le dijo algo y se fue a los servicios. Yo les seguí con la mejor discreción que pude, él la esperaba con mirada lujuriosa y ella con un disimulo digno de una buena actriz y con cara de inocencia fue a su encuentro, vi como se besaron apasionadamente, mientras que este la sobaba las tetas por encima del vestido, sus lenguas se buscaron mutuamente y ella empezó a acariciarle el rabo por encima del pantalón, luego con un gesto verdadera puta le cogió los huevos con fuerza a la vez que le pedía que se la follara. Él tipo no debió de esperar esa respuesta, ni yo tampoco porque según se decía Raquel era una muchacha ...
    ... muy modosa. El chaval la condujo hacia la puerta de una zona de almacenes que debería de estar cerrada pero que para mi sorpresa no lo estaba, la condujo hacia dentro, yo les seguí cerciorándome de que no me veía nadie. Me acerque a la puerta con sigilo, escuchaba gemidos detrás de ella, abrí con cuidado para mirar el interior, no veía nada parecía que las cajas del almacén tapaban la escena, los gemidos venían de una de las esquinas, me armé de valor y entré, luego me escondí tras unas mesas que utilizaban los días entre semana como terraza y comencé a ver el show sexual de Raquel y el tipo. Este le estaba chupando los enormes pezones de color café a ella que tenía los tirantes del vestido y del sujetador bajados, ella estaba apoyada en una mesa del mismo tipo que la que me ofrecía cobijo, gemía como una perra en celo cuando él le mordía y le daba sonoros chupetones en los pezones, mientras con sus manos sostenía los enormes pechos de ella que estrujaba con fuerza y pasión, ella tenía su cabeza echada hacia atrás y se apoyaba con sus manos en la mesa dejando su cuerpo para el disfrute de él. Al rato se cansó de sus pezones y empezó a besarla con pasión y lujuria, a la vez que con sus manos hurgaba por debajo del traje de ella acariciando sus bronceados muslos y buscando con ansiedad su ropa interior, pareció encontrarla y de un fuerte tirón bajó el tanga color azul de ella, a continuación metió su mano buscando su coño, un gemido me informó que había dado con él. El muchacho ...