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Affaire con el joven
Fecha: 30/10/2017, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... fue entonces cuando la profesional al ver que la tristeza se apoderaba del rostro de su amiga que la miraba como rogándole por el sí, se arrepintió de lo que le había dicho y le susurró al oído que podían hacer el cambio, preparándose a partir de ese momento a tratar de superar la tormenta que se le avecinaba. El abogado realmente era un hombre atractivo y a ella en cierto modo la ratoneaba el solo pensar en tener un affaire con él, pero se prometió resistir de la mejor manera posible. Presurosa se retiró del bar rumbo a la habitación para cambiarse antes de que llegara el abogado. Cuando éste ingresó la contadora lo recibió con una bata puesta, le señaló cuál sería su cama y lo invitó a cambiarse en el baño. Al salir con su pijama de seda puesto ella estaba recostada en la cama leyendo un libro. El doctor simuló dormirse y vio que ella lo miraba con insistencia y se acercaba casi impensadamente a su cama. Entonces, en un rápido movimiento la tomó por la cintura y la tiró encima suyo. Cuando esto ocurrió, el impulso de las piernas de la contadora fue realmente fuerte y en lugar de liberarse de los brazos del abogado provocó sin quererlo que se le abriera su abrigo dejando inoportunamente al descubierto su rubio pubis, ya que no tenía nada puesto debajo. Volvió a agitar las piernas a la par que la prenda seguía abriéndose hacia arriba y uno de sus grandes y hermosos pechos salió a relucir. Instintivamente él le tomó uno con una mano mientras que la abrazaba con el otro brazo ...
... para acercarla más. Empezó a besarla y ella se resistía pidiéndole que la soltara. El hombre no se amilanó y continuó con su tarea hasta que la mujer no opuso más resistencia. Se dieron unos besos de lengua mientras con el pulgar y el índice la excitaba tocándole suavemente los pezones que pronto comenzaron a endurecerse. Luego la besó en la garganta y en los pechos. Después fue bajando la mano hasta tocarle el pubis y con el dedo índice comenzó a masajearle los labios vaginales, apoyándole el pulgar sobre el botoncito del clítoris al tiempo que lo movía ligeramente. Para entonces estaba sumamente excitado y no podía controlarse. El siguiente paso fue el que le pareció más natural: la penetró. Cuando la mujer sintió el miembro del abogado dentro de su vagina, abrió los ojos bien grandes y le dijo que parara, que no podía hacerle eso (aunque interiormente lo deseara). Una cosa era dejarse acariciar un poco y otra que la penetrara sin más preámbulos. Su dignidad estaba por sobre todo. Le gritó que no era una puta cualquiera que abría sus piernas ante el primer macho que se le acercara y entonces el hombre pareció dudar.. Los pubis se tocaban y ella insistía con que no lo debían hacer. Le decía que pensara en su marido, que ella lo quería mucho y no pretendía engañarlo. Que él había interpretado mal las cosas. Pero él seguía con el miembro en su interior aunque no se movía pero estaba a punto de llegar al orgasmo. ¡Sacala, sacala!, insistía ella. Por fin el abogado accedió y se ...