1. Compartiendo secretos y traiciones


    Fecha: 30/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Sonó el teléfono y al contestar, escuché lo que sucedía dentro del auto; la radio sonaba con música suave y de pronto la voz de alguien preguntó:“Desean una habitación normal o alguna de las especiales?”“Normal…” Dijo a secas la voz que contestó muy parcamente.Era la voz del amante de mi esposa.Luego de otros sonidos poco identificables, escuché la voz de Ana:“Es por aquí a la derecha…”, seguramente señalando la dirección donde se encontraba esa habitación que les había tocado.Un leve clic en el teléfono señaló el final de la comunicación; ya era el instante justo; estaban por entrar a la habitación…En ese momento yo estaba en la otra punta de la ciudad, mientras mi dulce mujercita se aprestaba a revolcarse con su amante…Pero esta vez iba a ser distinto: Anita había prometido llamarme y dejar la línea abierta para que yo escuchara cómo era poseída por su macho recio que, según ella, la cogía mucho mejor que yo…Unos minutos más tarde el teléfono volvió a cobrar vida y esta vez pude escuchar con claridad el gemido de mi esposa. Un gemido muy particular, que me indicaba una penetración inicial…Me imaginé que el tipo estaría sobre ella, entre sus piernas, con su famosa enorme verga comenzando a bombear suavemente la caliente y hambrienta vagina de mi esposa.La voz de ella se oía excitada, caliente y desesperada por recibir todavía más verga. Imaginé que ese hombre no le daría tregua y la enviaría de regreso a casa bien relajada, satisfecha, con la concha arruinada y repleta de ...
    ... semen.Pero entonces de repente, cuando los jadeos y gemidos indicaban que Ana estaba cerca de alcanzar un intenso orgasmo, la comunicación se interrumpió.Me quedé mirando el teléfono mudo y entonces supe que ella misma había cortado el contacto a propósito, sin ninguna duda.Tres horas más tarde, otra vez repicó mi teléfono. Pero esta vez solo pude descargar una foto que me había enviado Ana.Un lacónico mensaje me avisaba que ampliara bien la imagen.Lo hice y entonces pude ver las sábanas de la cama manchadas de semen. El semen de su amante. Ese mismo semen que se había escurrido de su dilatada vagina luego de ser bien llenada…Me puse loco y pensé que siempre Ana me hacía lo mismo. Cogía a mis espaldas; siempre con diferentes amantes y nunca me permitía compartir sus secretos, sus deseos, sus traiciones...Entonces decidí blanquearle lo que yo había estado haciendo esa misma noche, en la otra punta de la ciudad, mientras ella se desfogaba en un hotel con ese tipo de la voz cortante…Le envié también una única foto. La había tomado una de sus mejores amigas, Camila, donde se la veía desnuda, en cuatro patas, delante de mi cuerpo y gozando mientras miraba sonriendo directo a la lente.Su mano derecha sostenía la cámara. Mis dos manos la sostenían a ella por las caderas, mientras hundía mi verga tiesa en su vagina caliente y sedosa, lo que le provocaba esa sonrisa mezclada con la expresión de placer…Solo le escribí a mi esposa una línea debajo de la imagen:“Yo no soy tan egoísta como ...
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