Me dicen -Lobuna-, pero soy...
Fecha: 28/04/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... determinado momento quise sostener su cabeza entre mis manos, entonces descubrí en la mirada adoración tan incondicional, que fui conmovida. Me recordó la de Pinkay, cuando le acariciaba la cabeza en recompensa por la excelente primera mineta. "¡Mi Dios!" Pensé "¡Qué bárbaro, el futuro ha quedado resuelto por completo!" Así era en efecto, bienestar económico, y por si eso fuera poco tres hermosas, fieles criaturas, siempre dispuestas a colmarme de amor. Para probar el grado de entrega de Marta, me senté en el borde de la tina con los muslos abiertos, me miró a los ojos comprendiendo de inmediato la orden implícita. Gocé hasta lo increíble con esa lengua gruesa y caliente, que lamía y hurgaba con tanto entusiasmo como el demostrado por el lobo, teniendo las ventajas adicionales de la suavidad por una parte y, por sobre todo, la motivación de buscar mi placer en lugar del suyo. Continuó hasta que, agotada, dije basta. Al erguirse, vi su rostro congestionado por el sostenido esfuerzo, jadeó con ansiedad reponiendo oxígeno, no obstante eso, su actitud daba a entender que esperaba órdenes. "¡Genial, Marta, me hiciste gozar como nadie podría hacerlo!" Aprobé, iluminando su sonrisa al hacerlo "No me da el cuero para nada más por ahora, sécame que necesito dormir un rato"Lo hizo, me ayudó a llegar al lecho, me arropó y arrulló. Desperté renovada, al percibir mi olfato deliciosos aromas procedentes de la cocina. Al llegar allí, encontré la mesa preparada como para celebrar un ...
... banquete. Ella nunca había aceptado compartirla conmigo, rondaba alrededor observándome comer y tratando de adivinar lo que se me pudiera antojar. Tampoco la había visto servirse en plato, en alguna que otra ocasión la sorprendí ingiriendo algún bocado, siempre muy pequeño. Desdeñando la abundante oferta, no cargué el estómago, en cambio consumí un par de copas de vino de más. Seguía muy excitada, quería actividad sexual... ¡Y pronto!La muchacha me obsequió con una maliciosa sonrisa, cuando le pedí traer a Hielo. En tanto cumplía mi orden, adapté un par de bombachas de tela elástica tal como había imaginado durante las acciones con Pinkay. Desnudé a Marta cuando estuvieron listas, y ella a mí. Miró con sorpresa cuando le hice poner uno de mis inventos, que le cubría el trasero dejando expuesta la vulva. La mía justo lo opuesto, culo al aire y concha cubierta. Jugando con el perro sobre la alfombra de la sala, lo fuimos excitando hasta ponerlo a punto de caramelo. Mi plan le concedía el primer turno a ella, festejó con extasiados grititos y ruidosos orgasmos, el trabajo del can en su gruta. Manejándome por señas la hice colocarse en posición de perrita y en cuanto fue montada, le estimulé los pechos al tiempo que supervisaba el accionar del animal. En el momento preciso sujeté el bulbo evitando que lo calzara, Marta había acabado varias veces para entonces, yo tenía otras intenciones para esa eyaculación. Necesité tres "daun" para lograr que el excitadísimo animal obedeciera, ya ...