Gloria: Historia de una hembra
Fecha: 30/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... refugiarme después. Me llevó hasta Benidorm, a un After que conocía de oídas. Quería portarme como la mas guarra del mundo, y supuse que era el sitio adecuado. Me humedecía pensar en la cara que pondrían allí al verme así, pidiendo guerra descaradamente. Por el camino el taxista no dejó de mirarme por el retrovisor. Al principio fue algo violento, pero pronto rompimos el hielo y entablamos una amistosa conversación, aprovechandpo yo para exhibirme y precalentarme. Finalmente me dejó en el parking, no sin antes darme su teléfono. Era joven, pero no exactamente guapo. Aún asi, me pareció simpático y no me molestó cuando me pidió vernos de nuevo, aunque sin ninguna idera preconcerbida al respecto. Ya veríamos. No accedí a darle mi número, pero tome el suyo. Una vez bajé, me dirijí a la puerta de la disco. Era ya de día, y fui objeto de miradas, piropos, silbidos y alguna grosería. Me excitaba pero aceleré el paso cortada. Pagé mi entrada. Uno de los porteros, un tipo con la cabeza totalmente rapada, me citó dentro después, para invitarme a algo. Dije que sí, pero sin intención de cumplirlo. No me gustaba. Salí a la terraza algo nerviosa y cortada por toda la gente que me miraba, mirando a todos lados por sio había algún conocido, cosa más fácil que difícil allí. Cuando me hube asegurado que no era así, me quité las gafas oscuras y las guardé. No es que fueran un camuflaje perfecto, pero pensé que si había alguien inconveniente, quizá no repararía en mí, al no ser normal verme ...
... por estos sitios sin Cornelio, aunque tampoco mucho con él. Si bien hacer algunos años fui muy marchosa, ultimamnente no me atrae demasiado la noche y las discotecas, aunque cuando salimos suele ser fuerte. En caso de que reparara, se quedaría mirando dudando a causa de las gafas, dándome el tiempo necesario para desaparecer discretamente, sin que notara que yo también le había visto y me retiraba por ello. No había nadie que me pudiera reconocer, Me dije, "ya no había marcha atrás". Así pues, me dirigí a la barra, con la intención de tomar algo fuerte. Un camarero joven, de unos 20 o 22 años me atendió, a pesar de que había mas gente, y yo me "enamoré"nada mas verle. Debía medir mas de 190. Rubio de pelo largo, de ojos muy azules, guapísimo. Llevaba una camisa blanca anudada a su cintura, desabrochada, luciendo sus abdominales y pectorales. Se me caía la baba. "Un tequila"pedí. "Y tú ponte lo que quieras"añadí espontáneamente con una sonrisa. "Gracias"contestó. No parecía extranjero como había pensado en un principio. Su acento no era muy viril, sino suave, aunque tampoco afeminado. Me encantó. Brindamos y una camarera rubia también, aunque de bote(nada en contra de esto), mayor que él, de unos veintiocho, bellísima(aprovecho aquí para decir que soy algo bisex, mas por morbo que porque me gusten realmente las mujeres, aunque algo me gustan, pero mas por admiración de la belleza en una hembra, esteticamente hablando, que por algo sexual puramente, sin poder decir que esto ...