1. Cómo destruí a mi novio


    Fecha: 23/04/2019, Categorías: Infidelidad Confesiones Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos

    ... y deslizó su falo por entre las piernas de ella mientras pasaba sus dos manos por todo mi cuerpo. Yo, en cambio, me pegué a Mariela desde atrás pegando mi vagina a sus nalgas y sintiendo sus nalgas con mis manos. A Mariela cada vez le costaba más guardar la compostura y su respiración agitada modificaba su forma de hablar. - No tengo nada mi amor, porqué lo dices - la oí decir mientras sentía sus curvas por entre mis manos. Abrí un poco las piernas al sentir el falo humedecido de Raúl por los jugos de Mariela acoplarse a mis muslos. La situación me estaba encantando y Mariela intentando apagar sus gemidos y calmar su respiración porque estaba con el novio en el celular. En cierto momento Raúl rompió el sándwich, me tomó de las manos y me llevó al sofá que estaba frente a donde Mariela estaba parada. Me recostó y me dijo al oído: - Contén tus gemidos porque no queremos que el novio de Mariela sepa lo que está pasando en esta habitación - y acto seguido deslizó su falo por entre mis carnes totalmente humedecidas al tiempo que yo mordía con todas mis fuerzas uno de los colchones intentando apagar mis gemidos del gran gozo que me ocasionó sentir como ese enorme palo violaba mi húmeda intimidad. Mientras empecé a sentir los primeros movimientos copulatorios de mi amante ocasional voltee a ver a Mariela que estaba intentando terminar la comunicación con su novio pero se veía que no podía, y se veía hermosa allí parada con sus grandes y juveniles senos colgando, su mano izquierda ...
    ... en dentro de su coño, sus caderas contoneándose y su cara de sexo viendo cómo Raúl me penetraba. - Buenos ya adiós mi amor, me tengo que ir - fue lo último que dijo antes de cortar la llamada y unírsenos en el sofá. Como el sofá era pequeño los tres nos pusimos de pie y de manera automática y sincronizada Mariela y yo nos hincamos frente al tótem de Raúl. Compartimos su verga con nuestras lenguas y mientras una mamaba su verga la otra los huevos y viceversa en una acción mecánica que duró unos diez minutos. El sabor del líquido preseminal junto con nuestras salivas era hipnotizante y cuando Raúl tomó el falo entre sus manos supimos que el momento había llegado y seguimos besándonos entre nosotras dos esperando el caldo de la felicidad embarrarse en nuestras caras. Las poluciones fueron severas y abundantes. Mariela y yo lamimos el caldo de nuestras caras como auténticas perras en celo y viendo que una buena cantidad de semen se había escurrido de nuestras caras a los senos también empezamos a lamernos las tetas, esas tetas que tantas veces había deseado en secreto cada vez que Mariela se topaba en mi camino. Con Raúl fuera de combate tirado en el sillón Mariela y yo, tiradas en el suelo, empezamos a recorrer nuestros cuerpos con nuestras bocas. Tirada en el suelo, totalmente desnuda y en posición de combate se veía más que hermosa, toda una hembra, y ahorita era solo mía y de mis vicios. Le chupe la concha. Era la primera que probaba en mi vida y me sabía a gloria. No tardó ...
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