Una noche diferente con los amigos de mi esposo
Fecha: 05/09/2017,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Una noche diferente con amigos de mi esposoOtro viernes por la noche de lo más aburrido y rutinario. Después de cenar en casa Víctor me había llevado en vilo hasta la cama y me había arrancado la ropa a manotazos, para luego meterme su verga dura y acabar dentro de mi concha en menos de cinco minutos…Me pidió disculpas por esa especie de eyaculación precoz, pero se justificó diciendo que era por el estrés laboral que venía sufriendo desde hace unos meses. Me dio un beso y enseguida perdió el sentido, apenas apoyó la cabeza sobre la almohada…Yo me quedé mirando el techo en penumbras, mientras me metía un par de dedos en mi concha húmeda, que por culpa del apuro de Víctor, había quedado bastante insatisfecha. Realmente me había quedado con ganas de acabar yo también, pero esa noche ni siquiera mis habilidosos dedos pudieron lograrlo…Pronto caí rendida yo también: había sido una semana larga y pesada en el trabajo; por suerte, el sábado y domingo descansaríamos un poco.En algún momento de la noche me pareció oír voces entre mis sueños. Al principio fueron muy lejanas, pero luego algunas risas fueron haciéndose cada vez más claras. Abrí mis ojos e inmediatamente noté que Víctor no estaba acostado a mi lado en nuestra cama.Me levanté todavía a medio despertar y presté atención a los sonidos. Indudablemente las risas provenían desde la cocina. Así como estaba vestida, apenas con una remera larga y sin tanga, salí al pasillo y me dirigí hacia abajo.Al llegar al comedor me asusté ...
por lo que pude ver: en la cocina estaba mi adorado Víctor, amordazado y atado a una silla. Pero lo peor de todo era el resto de la escena: las risas eran de Pablo y Juan Carlos, los mejores amigos de mi esposo, que ahora parecían ser sus captores.“Qué están haciendo?” Pregunté algo asustada.“Te estábamos esperando, Anita” Dijo Juan Carlos, mientras giraba hacia mí.Noté cierto tono de maldad en su voz y entonces intenté correr hacia la puerta de calle, pero Pablo fue mucho más rápido; me tomó por detrás y me levantó en vilo con un solo brazo. Me inmovilizó con facilidad y me llevó de regreso a la cocina.“Qué les pasa; se volvieron locos? Suéltenme” Les grité mientras intentaba zafar del abrazo.No entendía lo que estaba pasando; por otra parte, siempre me había calentado Juan Carlos, con su imagen de macho recio; bien apuesto y musculoso. Ahora llevaba un look descuidado, sin afeitarse, lo que hacía parecer todavía más macho… Pablo siempre me había dedicado sus oscuros ojos cargados de lujuria, como si pudiera cogerme solamente con la mirada…Pero por supuesto, no era el momento para enfiestarme con ambos; menos todavía delante del ahora tan indefenso Víctor… Pablo se acercó para ser el primero en manosearme. Comenzó a sobarme mis tetas casi con furia, con violencia. Víctor abrió sus ojos desmesuradamente, pero no podía hacer nada…“Te voy a comer entera, Anita”. Pablo me susurró al oído, mientras mi esposo se debatía tratando de liberarse de las ataduras.Juan Carlos todavía me ...