Sueño realizado
Fecha: 29/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tengo 27 años, mi nombre es Andrés y llevo 4 años saliendo con una chica que se llama Judith, que tiene 25. Mi relación con ella siempre ha sido muy buena, estoy muy enamorado de ella y en el sexo funcionamos muy bien. A ella le encanta practicarlo y disfruta con todas las posibilidades que ofrece el sexo. Es capaz de tener varios orgasmos seguidos y si por ella fuera tendríamos sesiones de sexo sin fin, pues ella se correría una vez tras otra. Yo al principio también me contentaba con practicar el sexo con ella, pues es una chica muy atractiva con muy buen tipo moldeado en años de gimnasio y con unos pechos grandes y muy bien hechos. El único inconveniente era que a mi, con el tiempo, me fueron apeteciendo practicar cosas nuevas. Yo se las planteaba a ella medio en broma medio en serio, para ver su reacción: intercambio de parejas, tríos, verla a ella con otro... Ella no se enfadaba pero decía que no, que se podía estropear nuestra relación... Yo deduje que la idea también le atraía pero que en efecto tenía miedo de las posibles consecuencias, pues ella también está muy enamorada de mi. Pero la verdad es que yo no me quitaba de la cabeza la idea de verla a ella con otro (o con varios, así podría disfrutar durante más rato de sexo), mientras yo estaba con otra. Tenemos una pareja de amigos con los que siempre salimos, vamos a cenar y a tomar unas copas. El se llama Carlos y tiene 28 años y ella se llama Ana y tiene 24. Ella es bastante mona de cara, pero lo mejor que tiene ...
... es su cuerpo: es delgada, alta y tiene unos pechos absolutamente perfectos. Desde siempre me he sentido atraído por ella, aunque mi amistad con Carlos (antes de que yo empezara a salir con Judith) y mas tarde Judith han impedido que haya intentado algo con ella, aunque siempre he tenido la impresión de que yo le atraía a ella. Una vez hablando con Carlos de sexo, nos explicamos las cosas que les gustaban a nuestras respectivas parejas: a Judith, solo que le acariciaras un poco los pechos, ya empezaba a gemir y se ponía muy caliente: a partir de ese momento era tuya y podías hacer con ella lo que quieras. Ana, según me explicaba Carlos, era un poco más mojigata, aunque una vez empezaba ya no había quien la parara. Carlos me llego a confesar que Judith le parecía muy atractiva, y me pregunto si a mi Ana también me lo parecía, a lo que contesté afirmativamente. Luego me preguntó que si Ana no fuera su novia si me gustaría tirármela. Me sorprendió la pregunta, y le dije que nunca había pensado en eso (lo cual era una absoluta mentira), que no me lo había planteado, pero el insistió y reconocí que desde luego no me importaría acostarme con ella. El me dijo que también le gustaría acostarse con Judith, ya que le atraían mucho sus pechos (el tenía fijación con los pechos grandes y aunque Ana los tenía muy bonitos, no eran tan grandes como los de Judith). Empezamos a hablar de la posibilidad de hacer un intercambio de parejas. La idea nos excitaba un montón, pero también teníamos ...