Inmigrante (06)
Fecha: 28/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Grandes Series,
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... entre ellas, sus pezones se clavaban en mi pecho y mi polla, entre sus piernas, hacía esfuerzos por levantarla en el aire con su fuerte erección. La hice sentarse en el borde del sillón, mientras yo me arrodillaba y colocaba entre sus piernas, con eso pude bajar hasta sus pechos para acariciarlos con las manos y bajar también con mi boca para lamerlos y chuparlos. Mi polla y los huevos rozaban y golpeaban su coño con mis movimientos, contribuyendo a incrementar sus gemidos de placer. Poco a poco fui bajando hasta su coño, recorriendo con mi lengua su canalillo y pasando por su ombligo. Cuando hice un recorrido con mi lengua por los labios entreabiertos ya y rozando ligeramente su clítoris, puso sus manos sobre mi cabeza para hacer presión, pero se las retiré y acompañe hasta sus pechos. Tomé sus piernas para colocarlas sobre ambos brazos del sillón, dejándola totalmente abierta. Con dos dedos abrí más su coñito y recorrí con mi lengua su interior, hasta llegar al clítoris, que metí en mi boca. Lo chupaba, lamía y presionaba con mis labios, mientras oía sus gemidos y frases pidiendo más. -Siiii. Házmelo asíiii. No pareeess. No paré hasta que se corrió. Tampoco lo hice después. Metí primero un dedo en su coño y lo moví frotando su punto G, sin dejar de chupar y lamer su clítoris. Sus gritos se incrementaron pidiendo más y más. Luego cerraba la boca y eran sus roncos gemidos los que sonaban. Añadí un segundo dedo, aprovechando la gran cantidad de flujo, y con eso volvió a ...
... soltar sus gritos y gemidos de nuevo, y poco después alcanzaba el segundo orgasmo. Dejé que lo disfrutase un rato y, cuando se recuperó, me dijo: -No sabes el tiempo que he soñado con tener más de un orgasmo en una relación. Ya me resultaba difícil tener uno, por lo que dos me parecía algo imposible. -Pero todavía no hemos terminado. Aún tengo que probar todos tus agujeros. Me sonrió sin decir nada. Me puse de pie y la ayudé a ella, haciendo que se colgase de mi cuello y me abrazase con sus piernas, en esa posición, mi polla quedaba a la altura de su coño, por lo que maniobré para metérsela, entrando sin problemas por lo mojada que estaba. Un “OOOOhhhh” acogió la entrada de la punta, y un nuevo gemido y signos de falta de aire, cuando entró el resto, pero no se quejó. Tampoco le entró toda, pero con los movimientos mientras la llevaba empalada al dormitorio entre besos, caricias y dando tumbos por el pasillo a la vez que chocábamos contra las paredes, terminó con toda ella en su interior. Al llegar a la cama, ni siquiera desmontamos la postura. Me subí de rodillas y fui inclinándome hasta que su espalda quedó sobre las sábanas. Metía y sacaba mi polla a buen ritmo. Sonia volvió a gritar con los ojos cerrados. -Sii. Qué gusto. Qué maravilla… Mi cuerpo chocaba con el suyo en cada empujón, dejando sonar el “plas plas” de los golpes. Mi excitación ya era enorme y estaba al borde del orgasmo. -Me voy a correr. –Anuncié.- sube los pies a mis riñones. Hizo lo que le dije y aproveché para ...