Marina, mi nuera (Segunda parte)
Fecha: 07/04/2019,
Categorías:
Incesto
Sexo en Grupo
Autor: Gustavo Gabriel, Fuente: CuentoRelatos
... tarde ya me habían quitado la pollera tirando y desgarrando mi calzón. Él más joven a un tiempo, saca su sexo y sin decirle nada, la penetro casi brutalmente. Operó, en ese momento en mi algo increíble que ella nunca hubiese imaginado; Dejé de resistirme, y acomodándose mejor para que no le dañara su vagina la sentí completamente. Esa pija llenaba toda su vagina un joven y cavernoso cuerpo caliente respetable la empalmó casi en el aire Ahora era ella la que se empezaba a mover al compás de las caderas del joven. Gozaba como nunca lo había hecho, es que esa sensación de lujuria por ser violada casi brutalmente, se confundía con la necesidad de sexo, además, sin duda esa cosa que la penetraba era mayor y más dura que la de su marido. El otro le empezó a tocar sus senos que después, besó apasionadamente. Ahora estaba como en un sueño del que se despertó cuando algo tan conocido por ella le empezaba a recorrer por su vagina. Se tranquilizó, lo peor había pasado y ella estaba bien realmente bien. Se dejó llevar hasta la pieza no oponiendo ninguna resistencia. Los hombres, ahora sorprendidos por el cambio de actitud en ella se empezaron a desnudar totalmente en silencio como para que ello no despertara de esa expansión de sentimiento en que se encontraba. Reaccionando, le seguía contando a Mariana, al acostarme y totalmente desnuda en la cama para cuando esperaba que el otro hombre se acomodase enfrente de ella les dijo: De uno en uno pero que por favor, que no la marcasen. Temía ...
... que su marido lo descubriese después. Y así lo hicieron y al cabo de un tiempo compartían la misma cama por turnos. Los recibió unas cuantas veces en esa tarde y ella fue una catarata de orgasmos hasta que perdió la cuenta en su sexto orgasmo. Los hombres que eran albañiles acostumbrados al trabajo duro no obstante yo les dejé exhaustos. Y hasta casi le permití al más joven hacerme la cola pero me asusté, Marina. Porque ya era tarde debía regresar a casa, y, además, no estaba segura si por causas del alcohol me lo hiciese suave. Me bañé y se arreglé el pelo, también miré bien para ver que no hubiesen quedado huellas del amor mientras los dos hombres seguían dormidos. Me fui cerrando la puerta de la casa casi como si fuera la dueña. Esta historia me motivó tanto que al contárselo a Marcelo me pidió sexo urgente. Mientras cogía por la cola le exigió a Marcelo que le metiera un consolador por su vagina. Ese día estaba más excitada que nunca y hasta se pajeó al ver que no se podía contenerse después de retirarse Marcelo de la casa bien tarde. La historia y la imagen de su amiga cogiendo con esos hombres desconocidos le habían transformado. Una tarde le dijo a Marcelo muy sumisa: -¿Marcelo quieres que coja con otro? -Me gustaría, Marina de verdad, pero cuando estés segura de ello. Al día siguiente Marina llamó a Marcelo y le dijo que la fuese a buscarla a Constitución. Marcelo, solo quiero calentar, a unos cuantos hombres y después que vos me cojas en un hotel. Le mostró que para ...