1. Atrapada por el placer (2)


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Seguía apoyado en la pared mientras yo continuaba entregada como nunca. La saboreaba entera dentro de mi boca para luego lentamente sacarla hasta que la punta de su capullo quedaba enfrentada a la punta de mi lengua que ahora se movía en círculos, rozando lento. Sabía que a él le encantaba cuando lo hacía despacio pero quise comprobar su cara de excitación mirándole directamente a los ojos. - Uf Alba que bien la comes. - dijo entre jadeos y mientras me mostraba su cara de placer. Arrastre mi lengua por todo el tronco de su miembro a modo de despedida. Me levanté y quedé, de nuevo, de pie frente a él. Nos besabamos con deseo y el ya con sus manos envolvía mis pechos aún cubiertos por el sujetador. Tenía las manos grandes y con ellas los abarcaba casi por completo. - Las echabas de menos? - dije al ver con las ansias con que los acariciaba. - Sí, ya sabes que me encantan. - dijo mientras me giraba con firmeza dejándome de espaldas a él. Notaba su aliento en mi oido, su respiración agitada fruto de su excitación me ponía a mil. Aquel chico con el que nunca había mantenido una conversación trascendente, pese a pertenecer al mismo círculo, me follaba como nadie. Bajó las asillas de mi sujetador que se deslizaron por mis hombros, hasta que el las apartó para luego desabrochar el enganche que mantenía aún mis pechos cubiertos. Sus manos enseguida volvieron a ellos pero esta vez sin tela de por medio. Los acariciaba despacio, sabía hacerlo muy bien. - Me vuelven loco. - susurró en ...
    ... mi oído. Llevaba unos segundos acariciando solo mis pezones ya duros como el cristal. Alternaba sus increibles caricias con besos por todo mi cuello. Estaba totalmente entregada a sus encantos y se lo hice saber estirando mi brazo para acariciarle el pelo por detrás de la cabeza y así, mantenerlo pegado a mí. Cuando aparte mi mano fue para desabrocharme el vaquero. Quería sentir su miembro ya extremedamente duro en la piel de mis nalgas y muslos. El pantalon se deslizó por las piernas hasta mis tobillos. Él, que sabía perfectamente que mi intención era notarlo aún mejor, se pegó aún mas a mí. Lo sentía a la perfección. Estire de nuevo mi mano hacia atrás, pero esta vez tenía un objetivo distinto: aquella polla que me hacía estremecer. La palpaba con toda mi mano. Estaba muy bien dotado y además, sabía como usarla. Lo acariciaba y él gemia, todavía con su aliento en mi espalda. Sus manos seguían jugando con mis pechos sin parar, hasta que con la mano que me quedaba libre toque la suya y la guie hasta mi sexo. Nos masturbabamos mutuamente a un ritmo increíble. Poco a poco, me fui girando y quedé ante él de nuevo. Tocandonos, con esa conexión física en su plena expresión. - Vamos. - me dijo mientras cogia mi mano y emprendia el camino hasta el sillon de su salón. Él delante, ya desnudo y yo aún con mi tanga puesto. Se sentó y quedé de pie frente a el. Comenzó a tocar y besar mis pechos. Alternaba besos húmedos y cortos con pequeños mordiscos sobre mis pezones. Sabía que eso me ...
«12»