LA VI CON EL AMANTE EN EL SUPER
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
La señora estaba muy buena y como mujer casada no la miraba con codicia sino solo como una paciente mas... sino hasta el día en que la vi, sin querer, con su amante en el supermercado... y luego ella llegó al consultorio a darme una explicación y terminamos cogiendo. Soy médico en una institución y veo un promedio de 20 pacientes diarios, lo que a veces hace que el trabajo sea un tanto mecánico, pero no por eso, deja uno de apreciar la belleza de alguna dama, y créanme que a veces se lleva uno tremendas sorpresas, ya que la mujer que nos parece muy sensual resulta que es muy tímida y con trabajos nos habla de su vida sexual, o la que parece muy tímida resulta lo contrario, y esto es algo que disfruto de verdad. Por ejemplo, hace unas semanas vi a una mujer casada pero no ha tenido hijos. Tiene poco más de treinta años y es bajita, morena, pero de cuerpo muy armonioso, con unos senos muy lindos, coronados por dos pezones estupendos, y además, tiene unas caderas hermosas, de nalgas firmes que llaman la atención. Ha asistido a la consulta casi siempre con su esposo y me parecía una mujer agradable pero tímida. Pero hace dos semanas más o menos fui a un centro comercial a comprar algo y vi a esa señora haciendo su compra. Estaba distraída pero de repente llegó a su lado un hombre… que no era el esposo, y aparte de abrazarla, la besó y le puso sus manos en las nalgas, y ella respondió de manera apasionada… hasta que giró los ojos y me vio. Se puso colorada y se deshizo del ...
... abrazo. El tipo volteó a verme de reojo y yo me hice tonto viendo algo en un anaquel. Los vi terminar precipitadamente la compra y salieron de prisa de ese supermercado. Me reí de imaginármela cogiendo en algún motelito, y pensaba sobre las sorpresas que uno se lleva con la gente, y si el marido sabría que la señora le estaba poniendo los cuernos… pero terminé de comprar y me fui a la casa. Dos días después la señora estaba en el consultorio, y cuando entró la saludé como siempre, ofreciéndole que se sentara. Estaba de todos colores y cuando le pregunté qué le pasaba o en qué podía servirle, ella se me quedó viendo y me dijo: -Ay doctor… ¡Que pena de verdad! No sé qué vaya usted a pensar de mi después de lo que vio pero… ¡Le juro, doctor, que ese hombre es mi primo!... nada mas que es muy abusivo y a veces se pasa… ¡Por favor, doctor, no le vaya usted a decir nada a mi esposo, doctor! -No tendría porqué decirle nada, señora… mire, no se preocupe, y créame que la entiendo, señora… a veces los hombres somos tan tontos que, teniendo filetes en la casa, desatendemos a nuestra esposa y por eso a veces nosotros las orillamos a que salgan… o hagan algo con otra persona, pero nos e inquiete, señora… no es mi papel juzgarla ni mucho menos… además, considero que es usted una dama atractiva y es lógico que atraiga usted a alguien más aparte de su esposo-le dije, y me quedé viéndola para ver su reacción. Ella sonrió y, con un suspiro, dijo: -Bueno, si tiene usted razón, doctor… la verdad es ...