Fantaseando con una amiga
Fecha: 26/10/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Fantasías Eróticas
Autor: Flea Ruvalcaba, Fuente: CuentoRelatos
Después de estar pensando en la última vez que estuvimos platicando y de mirar una y otra vez tus fotografías, imaginé que nos encontrábamos frente a frente y platicando sobre nuestras inquietudes y forma de pensar, sobre lo que nos ha venido fastidiando mutuamente de los demás; no sé porque motivo, en mi imaginación lograste aparecer en una forma que nunca había tenido, nos encontrábamos juntos y te comenzaba a confesar lo mucho que me gustabas y atraías físicamente, envolviéndote en caricias, imaginando nuestras posturas, nuestras emociones y nuestro placer; no dejé de pensarte toda esa tarde. En ocasiones he llegado a imaginar que llegas a mi casa o que después de un largo viaje voy por ti a la terminal de autobuses; imagino que te encuentro sobre la avenida caminando rumbo a la escuela luciendo unos jeans entallados al cuerpo, que al verte caminar haces que mi mente divague y se invente miles de cosas; sé que no debería tener esos pensamientos pero es inevitable, el solo verte caminar haces que no logre desviar mi pensamiento hacia otra cosa. Abro la ventanilla de mi coche y te hago la invitación a subir para llevarte a tu destino, comenzamos a platicar sobre nuestros problemas diarios y alguna otra cosa más; ambos continuamos jugueteando y haciéndonos bromas para romper el hielo. Finalmente llegamos a un lugar para tomar más confianza, al entrar al cuarto, te arrojas en la cama para descansar, me confiesas que te duelen mucho tus pies por el tiempo de venir sentada y ...
no tener espacio para estirar las piernas, yo me ofrezco a darte un masaje en tono algo picaresco buscando sentir esa piel y tu cuerpo. Cuando escuchas lo que te propuse volteas a verme con una sonrisa incitando a que te siga haciendo ese tipo de propuestas, sabemos y de sobra que los dos sentimos esa atracción por tener un grato momento y divertirnos como nunca lo habíamos hecho; decides hacerme un espacio en la cama y me invitas a recostarme a lado tuyo, yo sin pensarlo me abalanzo sobre de ti; es inevitable no experimentar una erección con ese momento de picardía que hemos iniciado. Recostados en la cama, comenzamos el jugueteo con las manos, unos roses por los brazos y otros en ocasiones por el cuello mirándonos de frente siempre, nuestra respiración ha comenzado a acelerarse y mi erección no la he podido contener, cada vez es más notoria en mi pantalón, eso al parecer te ha llamado la atención y de inmediato bajas tu mano queriendo sentir ese paquete y lo duro que se ha puesto, mientras, yo sigo recorriendo tu piel con las yemas de mis dedos, haciendo movimientos circulares por tus brazos hasta bajar a tus piernas; te pido que te coloques boca abajo y comienzo a hacer eso mismo en tu espalda. Tú piel se pone eriza al momento de que hago esos movimientos, estando en la posición de cucharita, con tu mano derecha comienzas a frotar sobre mi pantalón ese paquete que te ha llamado la atención, buscando encontrar el cierre para bajarlo y sentirlo directamente, yo no puedo ...