1. Tenía que confesarme


    Fecha: 15/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... salió lentamente y mirándome con tranquilidad ,me dijo - sígame hermana, - la iglesia estaba desierta y nuestros paso resonaban en el templo, yo lo seguía detrás como una monaguillo, camino hasta el fondo donde había una puerta, la abrió con una llave, entro y era un pasadizo apenas iluminado por un foco, a los lados se veían como 8 puertas, mientras seguía caminando, me decía - estas son nuestras celdas, que son para orar y descansar, ahora somos solo tres sacerdotes, el resto de celdas están desocupadas, la mía esta al final, - abrió la última puerta, prendió una luz de un foco, y me invito a pasar, yo entre, allí había un crucifijo, una cama, y un gran sillón acolchado, es se sentó, y me dijo que me arrodillara delante de él, - hermanita te veo desesperada y a punto de pecar y malograr tu santo matrimonio, te quiero ayudar, pero nosotros solo podemos controlar tu alma, la única que puede ordenar en tu cuerpo eres tú, no quiero que hables nada, yo soy un ministro de dios y entiendo las debilidades de la carne, no digas nada y déjate llevar, se tu solo tú, no tengas vergüenza de lo que tu cuerpo sienta, pues este ha sido creado por dios, solo déjate llevar y se tu misma que solo eso te liberara - Yo estaba arrodillada delante de él, entonces el en forma tranquila pero de un solo tirón se levantó la sotana, dejándome ver un tremendo pene, grande y grueso con pelos rubios, me quede paralizada, no podía hablar ni moverme, tenía ese cilindro de carne erecta a 10 cm de mi cara, ...
    ... todo mi cuerpo comenzó a temblar, y mi corazón comenzó a latir otra vez a 100, mi cuerpo estaba reaccionando igual que con mi jefe, no podía ser, - te voy a ayudar hermanita - y con su tremenda mano, tomo la mía y me puso de pie, tranquilamente, sus manotas levantaron mi vestido, y sujetando mi tanguita por los costados la comenzaron a bajar, yo me sentía como una sonámbula, no oponía ninguna resistencia, no miento, mis piernas al sentir mi tanga en las rodillas, comenzaron a ayudar a sacarla, primero una pierna y luego la otra - ahora si hermana, u tiene que subirse, no la puedo ayudar en eso, pero eso si le digo que se sentirá mejor - sin dejar de mirar tremendo cilindro blanco de carne me sujete de los brazos del sillón y luego del cuello del cura, para subir mis piernas a sus costados, entonces no pude mirarle la cara, y cerrando los ojos comencé a bajar lentamente mis nalgas y comencé a sentir como esa maza de carne iba entrando en mí, tenía miedo que me desgarrara, para mi sorpresa fue entrando fácilmente, estaba totalmente mojada, me senté del todo encima de él y pude sentir que había llegado hasta el fondo cuando sentí sus vellos en mi culo, entonces me cuerpo no pudo más y comencé a subir y bajar en forma salvaje, subir y bajar entraba y salía de mi ese rico rico pene, grueso y sabroso, lo abrazaba fuertemente al cuello, sus manotas estaban en mi cintura, ayudándome a subir y bajar, arriba abajo, arriba abajo, a los dos minutos lo abrace fuertemente y le clave mis ...