1. Mis machos del campo (tercera parte)


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Confesiones Infidelidad Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos

    ... comedor, porque pensaba hacerles tantas cosas que la cama no nos resistiría a los cuatro, se rieron de mi ocurrencia y fueron a buscar el colchón. Yo ya estaba recaliente pero quería estimularlos más, antes de tirarme sobre el colchón les pregunte si alguna vez habían visto a una mujer pajeandose, me miraron sorprendidos, les pedí que esperen sentaditos, me tire en la cama y empecé a tocarme y meterme los dedos mirándolos con cara de puta, mi objetivo era calentarlos más, pero me vencí a mi misma y la más caliente era yo. Cuando vi sus caras de calentura supe que era el momento, le pedí a Juan que apague la luz y que vengan conmigo. Sentí como se tiraban sobre mí, manos que me tocaban por todos lados, bocas que me besaban y tres pijas anónimas en la oscuridad ¡Mi morbo estaba a mil, en la oscuridad no supe quién fue el primero que me estaba cogiendo, ni quien tenía su pija en mi boca, otro lamia mis pezones y trataba de meterme el dedo en el culo pero no podía pasar la mano entre mi cuerpo y el colchón, no sé de qué modo gire, que logró ponerse debajo mío y sentí como trabajosamente me metía la pija en el culo ¡tenía todos mis agujeros llenos de pijas tiesas como ...
    ... un fierro! ¡Qué locura! mis gritos y gemidos se transformaron en alaridos, era tanto el placer que sentía y el morbo que me daba no saber quién era quien, olía el aroma a leche de macho y sentía por todos lados el enredo de brazos, manos, cuerpos y pijas que perdí la noción de todo. No sé cuánto duro esto ni en qué momento me dormí, pero fueron horas y horas de dar y sentir lamidas caricias y recibir leche y pijas dentro mío y tres cuerpos refregándose en mí. Desperté sola tirada en el colchón, los chicos en algún momento se habían ido, tenía olor a leche de macho que tenía pegoteada por todos lados, mire la hora, eran las diez de la mañana, el festín había sido largo, estaba agotada y dolorida pero feliz y satisfecha. No creo que haya mujer en el mundo que tuviera tanta suerte. Lamí mis labios, saboreando la leche seca que tenía en ellos, me pare, me mire un largo rato al espejo. Yo, la chica educada y mojigata transformada en una verdadera puta en celo. Una hembra que ningún macho soñaría tener. Allí estábamos, mis machos fuertes y jóvenes y yo, la más puta de las putas. Comencé a ordenar, fui a la ducha y bajo el agua tibia supe que esto recién estaba empezando. 
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