Venganza y pleno placer
Fecha: 14/03/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Infidelidad
Autor: ClauMar, Fuente: CuentoRelatos
... llegamos a ese maravilloso 2 de febrero. El día era muy caluroso la temperatura a las 9 de la mañana estaba cerca de los 30 °C, Diego llamó a casa diciendo que llevaría a sus hermanos a la colonia antes de pasar por casa, yo respondí: C- Te espero cielo… (Y le envié un beso sonoro por TE) Cuando él llegó clavó su mirada en mí haciendo evidente el placer que sentía al verme… yo llevaba mi cabello negro largo, con pequeñas ondas recogido y atado con un palillo sobre mi cabeza, mis ojos negros suavemente maquillados. Mi piel es blanca. Tenía puesta una camisa blanca con rayas en azul marino, muy ajustada y sin corpiño, la cual insinuaban mis senos de muy buen tamaño, anudada por debajo de mis pechos la que dejaba expuesto mi vientre. Tenía puesto además un mini- short blanco muy corto, atado en su frente con un fino cordón tipo zig- zag, era muy ajustado y corto de forma tal que mi cola redonda y parada dejaban asomar un poco de mis nalgas por él, y mis piernas torneadas expuestas a su visión en toda su extensión. Yo estaba sumamente excitada; primero por estar provocando a Diego y segundo porque las miradas de Diego no eran para nada disimuladas en ese momento yo ya no soportaba más esa situación, lo deseaba más que a nada en el mundo, no era lógico lo que sentía por mi sobrino pero no podía contenerme más, quería, deseaba, que él se adueñase de mi cuerpo a como dé lugar, estar a solas con él, eso no era nada nuevo ya que muchas veces él fue mi compañía, pero hoy lo deseaba ...
... de otra manera y estaba dispuesta a evidenciarlo, estaba caliente y enamorada de él además se lo veía tan bonito, con su cabello larguito y suelto, delgado pero musculoso, su piel dorada por el sol, sus ojitos celestes, una boca seductora y carnosa, chomba blanca y pantalones de Jean. Ya en casa, se quitó la remera y se sentó en el piso a mirar TV, yo estaba sentada a unos dos metros de él; también en el piso pero con un libro, aunque lo que menos hice fue leerlo, mi mirada se desviaba constantemente hacia él, miraba su torso desnudo, su carita de ángel, sus brazos musculosos y me imaginaba mi cuerpo envuelto por ellos y su boca besando mis labios. Notaba que su mirada se desviaba hacia mi casi disimulando, era evidente que yo le gustaba… pero por lo visto no iba a hacer más que mirarme, algo debía hacer para incentivarlo y que no pensase en mí como su tía, yo ya no pensaba en él como al sobrino que vi nacer… En un rapto de frustración por lo que estaba sucediendo tomé un almohadón del sillón y se lo arrojé con algo de ira como diciendo “que esperas… quiero que me cojas…”, él me lo devolvió arrojándomelo, y así comenzó esa guerra de almohadones, los cuales iban y venían de un lado a otro, yo le arroje uno que impactó de lleno en su cara y que provocó una carcajada en mí. Él se incorporó y vino hacia mi llevando el almohadón en sus manos cuando quise darme cuenta el almohadón estaba sobre mi cara yo intente quitármelo pero Diego me lo impedía su fuerza era superior a la mía de ...