El recetario de mi abuela
Fecha: 05/09/2017,
Categorías:
Hetero
Fantasías Eróticas
Autor: Ícaro_libre, Fuente: CuentoRelatos
... hice! - ¿Qué es? Se ven deliciosos. - Se llaman Buñuelos, los saqué de un recetario de mi abuela. ¿Comamos? - ¡Claro!, pero apurémonos porque tengo un partido de fútbol más tarde. - Otra vez… - Sí, pero tú sabes que me relaja… Se fue a cambiar de ropa, mientras, servía dos tazas de té. Nos sentamos comenzamos a comer, y desde la primera mascada, se impuso un silencio es la mesa. Comíamos y bebíamos. De pronto, un calor extraño comenzó a subir desde mis piernas, el que se transformó en una brasa violenta entre mis muslos. Mi estómago y mis tetas ardían. Miré a mi marido, y advertí que se tomaba la cabeza, con un codo apoyado en la mesa, algo le estaba pasando también. Nos contemplamos, con la mirada de una leona en celo, pasé mis dedos índices por mis labios, humedeciéndolos con la lengua. Se abalanzó sobre mí, botó todo lo que estaba en la mesa y me acostó sobre ella boca arriba. Me quitó los pantalones abrió a tirones mi blusa dejando mis pechos al aire y me penetró de un solo empujón. Devoraba mis tetas mientras me cogía con dureza. Que exquisitas sensaciones estaba sintiendo, solo deseaba que me penetrara más, necesitaba tener ese pene adentró. Luego me levanto de la mesa y estrujándome las nalgas me apoyó en la muralla, así, sostenida por sus embestidas salvajes, tuve un orgasmo de magnitudes épicas, y él, se vino como nunca lo había hecho. Ese día, no hubo fútbol con los amigos y dormimos abrazados lo que quedaba de la tarde y la noche entera. Al día siguiente, no lo ...
... creía. Por fin experimenté, lo que se siente que una sonrisa te dure todo el día. No lo quería reconocer, pero en el fondo, estaba segura de lo que había pasado. Esa receta fue magia pura. Ahora bien, mi conciencia me decía que no estaba bien manipular a mi marido de esa forma. Era como darle una droga para el sexo, sin que lo supiera. Por eso decidí guardar el recetario y seguir una vida normal, sin exponerme a situaciones que después no podría controlar. Y rápidamente llegó la vida normal. Mi marido nuevamente tomó su actitud latera y fome, la rutina se instaló en nuestra cama… era como si nada hubiera pasado. Al parecer, él no notó ningún cambio en especial, en cambio yo, quedé muy prendida con la experiencia. Pensando que nuestra relación se encaminaba rápidamente a una situación de crisis terminal, decidí consultar nuevamente el recetario de mi abuela. Busqué hoja tras hoja, hasta que di con lo que buscaba: “Queque Negro”, y la recomendación no podía ser mejor, “Suave y exquisito. Probado”, y me puse a cocinar: Ingredientes 3 tazas de harina cernida con calma, 125. grs. de mantequilla de vaca joven, 1 taza de miel de abejas (líquida), un tercio de taza de azúcar granulada finísima, 4 huevos de gallina soltera, 3 cucharadas de leche en polvo, 3 cucharaditas no muy pequeñas, de polvos de hornear, un cuarto de cucharadita de jengibre tierno (rallado), canela linda, nueces tiernas, canela en polvo, pasas, y fruta confitada. Batir la mantequilla con el azúcar hasta que esté ...