Escarceos sexuales de una casada insatisfecha
Fecha: 23/02/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Insatisfecha2, Fuente: CuentoRelatos
... que los demás, retozó conmigo tras la vieja fábrica de harina. El mes se me hizo corto, para qué negarlo, ya que pasábamos juntos los días enteros y parte de las noches. Entonces, como era de esperar, lloré amargamente el día de su partida. Sí, me había enamorado, contra todo pronóstico, pero lo que más me apenaba era que no le volvería a tener entre las piernas durante una buena temporada, si por buena temporada entendemos los dos meses que faltaban para la fiesta de la vendimia de finales de septiembre, cuando gastaría los cinco días de permiso (“moscosos”, los llaman los funcionarios) acumulados durante el año. Las consecuencias que trajo consigo la fiesta de la vendimia fueron un embarazo no deseado y el citado casamiento a primeros de año. Cierto que la boda fue prematura y forzada; no obstante, fui muy feliz durante los tres primeros años, mientras se mantuvo la llama del amor. Esta etapa de mi vida, en la que hacíamos el amor casi a diario, dio paso a otra más oscura, en la que solo follábamos por follar un par de veces por semana, suficiente para quedar preñada por segunda vez. A partir del quinto aniversario, la desidia era tal, que apenas teníamos conversación y el sexo se convirtió en algo monótono (de Pascuas a Ramos), aburrido, sin sentimiento ni deseo, solo por cumplir. Él nunca me lo dijo, pero yo estaba segura de que ya no encontraba atractiva porque mi cuerpo había cambiado a raíz de dar a luz por segunda vez. Irónicamente, darle un segundo hijo le colmó de ...
... felicidad, por un lado; pero, por otro, al verme mucho más rellenita de lo normal, el deseo simplemente se esfumó. Desde entonces solo tenía ojos para nuestros hijos. Con ellos jugaba siempre que podía, o los sacaba a pasear por el parque, o realizaban cualquier otra actividad juntos, siempre poniendo excusas absurdas para que yo no les acompañara. Era más que evidente que no quería que la gente le viera conmigo. Mucho menos sus amigos. Mi soledad y aislamiento fueron a más. Tanto que Internet se convirtió en mi refugio, sobre todo a la hora de buscar motivación para darme gusto yo sola. Primero fueron los videos guarros. Pronto me cansé de ellos pues siempre era más de lo mismo. Luego llegaron losrelatos eróticos, más morbosos porque la imaginación volaba hasta el infinito; especialmente los de infidelidad, sin darme cuenta, como si mi subconsciente persiguiera un cambio radical. Adquirí la sana costumbre de comentar todos y cada uno de los relatos que leía. Luego fui más lejos, publicando mi primer relato, una historia sentida sobre lo ocurrido durante mi matrimonio. El texto no tenía chicha nilimoná, fruto de mi inexperiencia en el arte de escribir con un mínimo de morbo; pero, al parecer, logró conmover a alguien. Se llamaba Enrique y supe su opinión mediante un sugerente comentario que tuvo el gusto de regalarme. Decía así: “La mujer es hermosa por naturaleza, y lo más importante no reside en el envoltorio. Tú eres bella por dentro, en tus sentimientos, en tu forma de ...