Afortunado
Fecha: 05/02/2019,
Categorías:
Infidelidad
Voyerismo
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... frutos. Soy capaz de levantar el dedo índice casi un centímetro y mi cuello ya logra girar mi cabeza cuando quiero expresar negación, aunque lo haga a cámara lenta. Cuando me quedo solo, por las noches, sigo dándole vueltas a mis nuevos poderes. La verdad es que me anima a seguir luchando pues en mi fuero interno me convenzo de que si la información es poder, conocer los secretos inconfesables de la gente de tu entorno te dota de un ascendente sobre ellos con el que puedes someterlos a tu antojo. Y esto, en el mundo de los negocios, es un poker de ases. No, si al final será cierto que he sido afortunado. Pero no logro controlarlo. No veo lo que quiero, solamente lo que aparece, sin avisar, aunque después de mucho analizarlo, me he dado cuenta que las imágenes surgen cuando la persona me toca. Pero debe ser un gesto sostenido. Así ha ocurrido las tres veces. Lo incomprensible es por qué no se ha repetido. Doña Gertrudis me lava cada día, pero solamente en uno tuve la visión. Lola no deja de tocarme, acariciarme, de darme la mano ni medio segundo y en cambio no he vuelto a sentir ni ver nada. Debo aprender a dominar mi poder, pero ¿cómo? Tal vez, mi propio aburrimiento me esté llevando a ver películas donde no hay nada. Tal vez sea mi mente la que está inventando fantasías en un cerebro que está más estropeado de lo que me han dicho. Pero entonces, ¿cómo me explico la perfección del recuerdo, cómo puede ser tan detallado? ¿Y qué hay de los sueños? Cada noche he recordado, ...
... soñando, episodios de mi vida amorosa con mayor detalle de lo que percibí en su día, haciéndolo. Tiene que significar algo. Tengo que averiguarlo. Hasta que me llega otra oportunidad. Mercedes es mi suegra. Es una buena mujer de la que no tengo ninguna queja. No sé si se parece más a Lola o a Rita. Supongo que ambas tienen características de su madre, una señora de clase alta que ocupa su tiempo entre actos benéficos y encuentros con sus amigas. Se acerca a los 60, así que ya no es ningún bellezón, pero lo fue, sin duda. Aún hoy, conserva un atractivo que ya gustaría poseer a mujeres diez o veinte años más jóvenes. Una vida tranquila y el dinero suficiente para cuidarse le han ayudado. Ha venido un par de veces por semana en las que se ha mostrado atenta y optimista. Hoy me está dando conversación, sin esperar más respuestas que mis monosilábicos parpadeos, pero sé que le caigo bien, a pesar de no provenir a su círculo social. Su marido, en cambio, siempre ha sido más distante conmigo. Lola vuelve a estar reunida con Carlos y alguien más, así que esta tarde mi cuñada ha venido acompañada de su madre. No se quedarán mucho, me han avisado, pero Rita atiende una llamada de Gonzalo que está de viaje en Brasil, así que me deja solo con ella un buen rato. El suficiente. Repite los ejercicios que ha visto en su hija hace unos minutos, masajeándome los dedos de la mano para estimularlos, mientras me va contando chismorreos del barrio. Como hice días atrás, cierro los ojos y me concentro ...