Una tormenta atroz y dos vecinos. La combinación perfecta V
Fecha: 03/02/2019,
Categorías:
Infidelidad
Confesiones
Autor: nena-Xversa, Fuente: CuentoRelatos
Han pasado varios meses del último encuentro de los vecinos, no se han vuelto a ver, ni a coincidir en la calle, ella se siente un poco nostálgica pues parece ser que ya se han terminado sus encuentros pasionales. Ni modo esto así es, ella estaba consciente de que eso podría pasar. Siguieron pasando los días y ella ya estaba un poco más tranquila, la juventud y vitalidad en su espíritu no le impide sonreírle a la vida y seguir adelante, esperando lo que la vida tenga para ofrecerle. Una tarde salió a caminar a unas manzanas de su casa, es una zona bastante segura así que no hay problema con transitar a ella le gusta hacerlo constantemente. Ya se estaba empezando a oscurecer cuando decidió regresar a casa. De regreso le cogió la noche, estando a unas dos cuadras largas de distancia de su casa se sintió un poco intranquila porque estaba un poco oscura la calle. Siguió caminando acelerando un poco el paso. Ya cuando se encontraba a una cuadra de su casa se sintió más relajada pues esa calle es un poco más alumbrada que la anterior. Al llegar a media cuadra, pasando por el pequeño callejón que había allí, alguien sale repentinamente de allí, la rodea con un brazo por la cintura, con la otra mano le tapan la boca y la jalan hacia el interior del callejón. Ella forcejeó con el tipo pero el tipo no se detuvo hasta topar con pared. Una vez allí se dirigió a ella: -“No te asustes, soy yo.” Esa voz. Por unos instantes creyó que estaba delirando… -“Te extrañé tanto, princesa”- pero al ...
... escuchar eso, corroboró que era él. Cuando la chica se tranquilizó, él le quito la mano de la boca. -“Me muero por hacerte el amor” dijo eso mientras le frotaba el abdomen con ambas manos, La pegó más hacía él y la abrazó con fuerza. Ella no pudo pronunciar palabra, se sentía bastante perpleja por la forma que la interceptó. Hundió su cara en el cabello y la nuca de ella, su aroma lo erotizó bastante, exhaló profundamente. Su aliento estaba impregnado de deseo, de anhelo, de añoranza. Ella se estremeció severamente. El prosiguió a besar su mejilla, su cuello, su hombro, eran besos tiernos, calmados pero llenos de deseo. Manoseó sus pechos, con delicadeza y pasión, bajo sus manos siguiendo el trazo de sus curvas, ese cuerpo lo enloquecía, lo deseaba tanto, llegó a sus caderas magullándolas con fuerza pegándola hacia su entrepierna. La chica estaba bastante nerviosa y callada, porque el callejón por muy oscuro y privado que parecía, no era muy grande. La distancia que separa su improvisado recinto de amor del alumbrado público no es mucha. Esa era una avenida principal que a esa hora no había mucho movimiento pero, si podría pasar uno que otro vehículo o persona y eso le causaba mucha inquietud. Sin embargo, a él le parecía muy interesante la situación, el lugar junto con el nerviosismo evidente de la muchacha le causaron unos picos emocionantes en su excitación. Definitivamente se prendió mucho más. Ella seguía tratando de entender todo el contexto del momento, él emocionado, ...