1. Un chalet en la serranía


    Fecha: 31/01/2019, Categorías: Erotismo y Amor Incesto Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... son..., seguro que el muy bribón se hizo una paja mientras leía... jajaja, la verdad es que... a mí... a mí me ha puesto, veamos", pensó. Eliana se inclinó sobre el hijastro, apartó la manta y olfateó la entrepierna de éste; "Semen", murmuró. El calor de sus cuerpos al juntarse venció sus voluntades. Primero, Eliana se tumbó sobre el hijastro; luego, él despertó oyendo su nombre pronunciado en un susurro: "Bruno, Bruno"; más tarde, el camisón de Eliana cayó sobre su almohada, las redondas tetas de ésta cayeron grávidas sobre sus labios y su dura polla fue llevada desde el interior de su pantalón hasta la húmeda calentura de la vagina de Eliana. Follaron sin hacer excesivo ruido, como pequeños peces deslizándose en el agua de un acuario, no fuera a ser que despertasen al padre. "Pensó en dar un paseo por la montaña en cuanto hubo desayunado. De su tía y su prima no vio rastro alguno durante aquellas primeras horas del día; pensó que seguramente seguían dormidas. Salió por la puerta trasera del chalet dispuesto a tomar cualquier sendero. La tierra estaba aún mojada debido a la lluvia caída de madrugada, aunque ahora el cielo estaba limpio de nubes y el sol resplandecía. Comprobó que en uno de los senderos había huellas grabadas en el barro, y las siguió. Llevaba andando más de media hora cuando divisó un prado plagado de florecitas y decidió parar allí a descansar. Cual no fue su sorpresa al ver que se le habían adelantado. Bajo los salientes de unas rocas que flanqueban ...
    ... el prado contempló la desnudez de los cuerpos de su tía y su prima. Vio a la hija, de espaldas; estaba sentada sobre la madre, sobre su pubis, y, con las dos piernas flexionadas en ángulo recto apoyadas en el suelo, movía el culo de atrás hacia delante, dando ligeros contoneos con las caderas a intervalos; vio a la madre, en escorzo; tumbada bocarriba, giraba la cabeza de un lado a otro; ambas se daban ánimos dando grititos agudos, "¡más!", "¡ay!", "¡así", ¡me viene!". Al poco, ambas quedaron vencidas, la una sobre la otra, y se prodigaron sonoros besos sobre sus cuerpos. No le vieron masturbarse."... Cuando la sirvienta se desnudó, Bruno quedó extasiado. Sus tetas eran orondas, algo caídas, provistas de unos pezones morenos; su cintura, gruesa y mullida, presagiaba un agarre perfecto; su coño peludo era un misterio. Ella se acercó a él descalza. Despacio. Se inclinó para besarle la boca y Bruno la atrajo por su nuca. Luego ella se arrodilló sobre el colchón y agarró con manos firmes su polla. Más tarde se la metió en la boca y la mamó, adaptando sus labios a los vaivenes de su sexo. Su feroz eyaculación coincidió en el tiempo con el restregar de zapatillas en el pasillo. Su padre ya se había levantado. "¡Carmen, el desayuno!", oyeron la orden. Carmen se puso el uniforme deprisa, entornó la puerta para poder mirar y salió airosa del dormitorio de Bruno. "Oye, Roberto", dijo Eliana a su flamante marido, "¿no crees que tu hijo necesitaría un cambio de aires?, parece, no sé, ...
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