Ahora me toca a mí
Fecha: 20/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Pero no. Se contuvo y así nos dieron las primeras horas de la mañana, sin que las cosas pasaran a mayores. Por la mañana, tras desayunar, Simón se fue a la escuela, Sandra fue un par de horas a su clase de aeróbicos y yo me quedé en casa a preparar algunos trabajos que presentaría a mis jefes en reunión de oficina por a tarde. Cuando mi mujer llegó de hacer sus ejercicios, explotó: "Te debo decir algo, Jorge", comenzó y agregó: "Simón me encantó y me lo tengo que coger. Tú escoges, me das permiso y aquí me lo meto o me vale madres y me lo llevo a un hotel". De nada valieron mis protestas. Ella salió con un: "A poco crées que me trago tus cuentos de que tus viajes a Cuba son de estudios. A otra pendejas con esas tarugadas y ahora me toca a mí". Dicho lo cual, me dio la espalda y se fue a la recámara, se bañó y volvió a la cocina a preparar la comida. A la una en punto volvió Simón, lo cual provocó que Sandra volteara su mirada hacia mi, como preguntando: ¿Qué? ¿Si o sí? No me quedó más que bajar la mirada en franco ademán de resignación. El consumo de alimentos fue casi sin cruzar palabras y solo de vez en cuando Simón comentaba alguna situación que le había ocurrido en su clase. Terminé mis alimentos y avisé que saldría a comprar unos artículos que requería para mis trabajos. Sandra me acompañó hasta la puerta del coche y, dándome un beso, me dio las "gracias por ser comprensivo". Apenas llegué a la esquina y paré la marcha. Allí dejé el coche y regresé de prisa a la casa. ...
... Entré sin hacer ruido y me asomé a mi propia recámara. Ya los dos estaban totalmente desnudos, con mi Sandra tomando con sus dos manos un enorme falo casi negro. Las dimensiones de esa verga eran enormes. Sus dos manos no alcanzaban a cogerla en toda su dimensión y la punta ya estaba dentro de su boca. Al tiempo que le chupeteaba la enorme cabeza, con las manos le masajeaba la verga hacia a arriba y hacia abajo, mientras Simón se quejaba de satisfacción con su cara como mirando al cielo, pero con los ojos bien cerrados. En un momento dado, él bajó sus manazas y comenzó a masajearle la espalda, las nalgas y sus preciosos pechos, al tiempo que le daba ligeros apretones en los pezones, como si supiera que son de las caricias que más placer producen en Sandra. Esta soltó el enorme tronco y se recostó sobre las almohadas, con las piernas ligeramente abiertas y lo jaló por la cabeza, llevándolo hasta su mojadísima vagina que él comenzó a lamer con lenguetazos de todo un experto. Los gritos de placer que hasta entonces Sandra solo había dado con mis caricias los escuchaba yo ahora producidos por otro hombre. Pero, como lo dije al principio, Sandra es muy caliente a la hora del sexo y, sin despegar la boca del mulato de su vagina,. Se movió de tal manera que, en el clásico "69", volvió a tener la enorme estaca frente a su boca y volvió a mamarla. Esta vez, su boca pasaba desde el glande hasta la base del garrote, para pasar a los huevos prietos que primero se metió uno a uno y luego ...