BESANDO A GABRIELA - Por Manuel Matías Sainz
Fecha: 19/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
BESANDO A GABRIELA Por Manuel Gabriela, una mujer atractiva, muy sexy, cautivó mi atención y deseo. La conocí en una exposición de cuadros. Recuerdo que vestía un traje sastre negro a rayas con un escote muy pronunciado que me permitía deducir que no llevaba corpiño debajo, pues sus tetas de tamaño voluptuoso, marcaban sutilmente sus pezones. Inquieto la llamé por la mañana por teléfono para salir con ella. Gabriela acepto gustosa, y en la noche pasé a buscarla. Llegamos a un pub-wiskería, y tomamos asiento en el bar. La observé detenidamente con mi verga queriéndose librar de la cárcel de mis pantalones. Vestía Gabriela una minifalda color negra cortísima, botas muy elegantes y una blusa negra de encaje muy delgada, muy vaporosa, con los cuatro primeros botones desabrochados. La tela de la blusa asomaba transparente y permitía entrever un corpiño de media copa negro que cubría sus muy divinos y cuereables pechos. Yo vestía un traje marengo a rayas, una camisa blanca de hilo muy delgada y fresca y una corbata gris. Miré a Gabriela, y al rato observé su atención a cómo llevaba vestido, hablándome con las manos y pasando muy sutilmente los dedos por encima de mi camisa. La tomé entre las manos expresándole que estaba no sólo bonita, sino sensual. El tonó de su voz y la forma con que movía sus manos acariciándome por encima de la camisa y sentir sus dedos como si estuviera yo desnudo, me adelantaban en su voz tierna, que algo estaba a punto de suceder. Y así fue, en la barra ...
... del pub, Gabriela se acercó a mí, permitiendo atraer mi boca a la suya. La besé uniendo mis labios con los de ella a través de un beso tierno y húmedo. Pero ni bien sentí el aliento de ella, su boca desenfrenada comenzó a chapar la mía de manera fogosa ardiente, su lengua se entrelazaba a la mía, y estos besos eran realmente apasionados al extremo que mi verga ya no daba de estar tan erecta. Mientras chapábamos, podría decir salvajemente, sus manos me quitaron el paletó del traje y sus dedos me acariciaban la espalda y se movían hacia mis pectorales. Ese rato sus besos pararon y su boca se fue hacia mi cuello, mientras su mano hábilmente me quitaba la corbata, Sentí sus dedos ingresar entre la separación del quinto y sexto botón de mi camisa, y decirme al oído: “!Sin camiseta; sin camiseta!. Evidentemente yo no llevaba camiseta interior debajo de la camisa de hilo blanca, y este detalle gustó a Gabriela al sentir m torso desnudo debajo de la camisa. “!Uhmmmmmmmmmmmm que rico, sin camiseta”, me susurro al oído, desabotonando mi camisa de abajo hacia arriba. Cuando con su rumor me dio a entender cuanto le gustó el detalle de que un hombre no use camiseta interior debajo de la camisa, mmmmmmm seguí chapádonla mientras nos movíamos en la barra del pub sin importar la gente que había alrededor, ella acariciaba mi espalda y metía sus dedos entre un botón y otro de mi camisa, reiterando de nuevo mi piel desnuda y diciéndome al oído uhmmmm ¡sin camiseta: sin camiseta!, este detalle me ...