SEXO CON MI SUEGRA
Fecha: 18/10/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo Duro
Autor: yepe, Fuente: xHamster
Me desperté. Miré el reloj. Las diez. Estaba solo en la cama. No me había enterado de en qué momento se había marchado mi mujer. A las 9 se iba con su hermana y los niños a pasar el día en la playa y a llevarlos al parque acuático. Así debía haber sido, pero ni la oí levantarse ni me di cuenta de que se habían ido. Había dormido como un verdadero lirón. Me levanté, subí la persiana y abrí la ventana de par en par. Un día magnífico. Soleado, pero la mañana era relativamente fresca. El calor aún no había llegado. Estábamos veraneando en la casa de campo familiar y era una verdadera delicia disfrutar de esa paz. Había dormido, como de costumbre en verano, completamente desnudo. Me puse el pantalón de pijama. Uno corto de seda natural que era ligero y fresco. Muy cómodo para andar por casa recién levantado. Fui al cuarto de baño y a continuación bajé a desayunar. En la cocina lo tenía todo preparado: la taza, el café, la leche, las tostadas, la mantequilla, la mermelada, la fruta…Una maravilla. Lo habría dejado dispuesto mi mujer antes de marcharse. O tal vez mi suegra que ya se habría levantado. La verdad es que las dos me tenían bastante mimado. No me podía quejar. Desayuné con tranquilidad. A través del cristal de la ventana reparé en que la escalera portátil de aluminio estaba apoyada en la pared y se movía ligeramente. Alguien estaba subido en ella, pero desde dónde yo estaba no podía ver quien era. Abrí la ventana y pregunté:- ¿Hola? … ¿Quién anda por ahí?- Soy yo, ...
... Charly…buenos días…¿necesitas algo?...Era mi suegra.- ¡Buenos días!...¿Qué haces, Inés…?- Limpiando los azulejos, que estaban bastante sucios…Efectivamente, ya se había levantado. Y, como siempre, ya estaba haciendo cosas. No paraba nunca. Perfecta ama de casa, la limpieza, el orden y la pulcritud del hogar eran una obsesión. Lo de dar un lavado a los mosaicos de azulejos que adornaban la fachada de la casa ya lo venía diciendo mi suegra desde varios días atrás. Terminé de desayunar. Mientras lo hacía, fui observando cómo se iba zarandeando la escalera con los movimientos que debía estar haciendo mi suegra al frotar las baldosas. Pensé que era peligroso que alguien anduviese trajinando allá arriba sin sujeción de ningún tipo. Era una escalera de aluminio sencilla, no de tijera, y de peldaños más bien estrechos. Estaba reclinada en la pared, sin calzo que la afianzara. Si resbalaba el apoyo, la torta que se podía dar era morrocotuda. Inés, mi suegra, tiene 65 años y se conserva fenomenalmente. Guapa, con un tipo estupendo, elegante, siempre bien vestida. Aparenta mucha menos edad de la que realmente tiene. Se pude decir que es una mujer madura, pero muy atractiva en todos los aspectos. Está delgada, ágil, en plena forma, y es, desde luego, muy activa. Pero ni ella ni cualquier otra persona deberían estar haciendo eso sin ayuda. Así se lo dije- Inés...no debes subirte ahí arriba sin que te sujeten la escalera...¿no ves que si se te resbala te puedes caer y darte una buena galleta?...- ...