Lujuria navideña
Fecha: 06/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Confesiones
Autor: Slim Pantyhose, Fuente: CuentoRelatos
... comencé a comportarme como todo un ebrio y le dije: -sabes que amor? Me siento mal, me acompañas? Perdón señores, me duele mucho la cabeza. Entramos a la habitación y me recosté, entre Fermín y Samuel me ayudaron para poder llegar a la cama, ella les agradece y les dice: -me permiten un segundo? Le voy a desabrochar los zapatos y la corbata, en seguida vuelvo con ustedes. Cuando me quedé solo con ella le pedí que si iba a querer algo, que por favor, lo hiciera cerca de mí; ella aceptó y me beso muy fuerte y me dice: -gracias amor, creo que nos la vamos a pasar muy bien, no te preocupes, estaré muy cerca de ti. Salió y en seguida me fui a parar a la puerta de la habitación. No lograba escuchar todo lo que decían entre ellos, pero al parecer la estaban convenciendo o bien, seguramente estaban ya preparando todo. De repente se escucharon tronar unos labios, ella decía, “que bien besas eh? Quien te enseño?” Después todos reían. Escuché que los tacones de las sandalias de mi esposa se acercaban a la puerta y entonces me fui a acomodar a la cama. Ella veía por delante y traía de la mano a Fermín; él le decía, “no inventes, y que sucede si se despierta el Ing.?”. “No te preocupes” comenta mi mujer, “cuando está en estas condiciones nada lo puede despertar”. Yo estaba recostado al otro lado de la cama, pero dándole la cara a ellos. Siguieron besándose y él, Fermín bajó sus manos para alzarle la falda y acariciar sus nalgas con frenesí. Así estuvieron un rato y después ella se sentó ...
... en la cama, sacó la verga de Fermín y le dijo, “ay papá, vives algo lejos eh?” Él le contesta, “lo necesario para satisfacer a las zorras que gusten de él”. Poco después entra Samuel y les dice, “golosos, ahora me toca a mí”; entonces se saca también su verga y aunque un poco más corta que la de Fermín, pero mi esposa no tardó en sujetarla con la otra mano y llevársela a la boca, así estuvo mamando esas dos vergas hermosas y por mi parte, la verga me dolía de tenerla hasta el tope y no poder hacer nada. Se levantó mi esposa y se dio la vuelta, como ofreciéndoles las nalgas. Samuel se encargó de quitarle las sandalias mientras Fermín le quitaba las pantimedias; ella les decía, “cuidado con las pantimedias amor, salen carísimas”. Le quitaron todo, la falda, la blusa, el bra y me la dejaron completamente desnuda. Se la estaban comiendo, literalmente. La recostaron a mi lado y le dieron unas buenas mamadas a su panocha, pero se intercambiaban posiciones, primero uno se quedaba de pie para que ella le mamara la verga mientras el otro se entretenía en su clítoris y después se cambiaron de posición. Fermín se recostó a mi lado y ya desnudo le dice a mi esposa, anda zorrita hermosa, súbete, quiero que me cabalgues. Ella saca de su bolsa los condones y se lo pone con mucho cuidado, después se monta en él pero lo hace muy despacio. Cuando ya se sentía más cómoda da un sentón y gime, le dice, “ay papito, que rica la tienes, me quiero venir en ti”. Él le dice, “vente pero primero muévete ...