La historia de Stella
Fecha: 05/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... contaba eso después, quería mas y más. Al final lo hicieron tres veces, las ultimas dos en la cama de él. Ella cuando estaba en el segundo polvo me llamó al celular y lo dejo abierto para que yo escuche como cogía, eso me calentó mucho y con mi amiga en mi cama, nos dimos un revolcón de primera. Yo le chupaba la concha toda depiladita de mi amiga y pensaba en la concha de mi mujer. Cuando ella regreso, a eso del mediodía, yo estaba en el subsuelo, escribiendo en mi computadora. Nos besamos y cerré la puerta y le pedí que me muestre su conchita. La tenia toda roja todavía, la hice sentarse en el escritorio y empecé a chupársela. La hice ponerse de pie, dándome la espalda y le levanté el vestido ( no tenia bragas, se las había quedado el chico de recuerdo) y se la metí hasta el fondo, ella temblaba de la excitación y comenzamos el va y viene. A ella siempre le gusto echarse un ultimo polvo conmigo, mismo si había pasado toda la noche con otro, me decía que después de acabar con los otros, si bien estaba satisfecha, era como que le faltaba un poquito mas y bueno yo nunca me hice rogar. Yo la quería con locura a mi gordita y era capaz de dejarla cojer con quien quisiera si después se entregaba de una forma tan viciosa conmigo. Lo que mas me extrañó de ella es como chupaba la pija, una hermosura!. O como ...
... cuando yo le chupaba la concha y se la abría como para que le entren los dedos. Un día se la medí cuando ella estaba de rodillas y con el culo parado, no les miento cinco centímetros de abertura. Una concha difícil de satisfacer cuando se ponía así, era el único momento que me dejaba chuparle el culo y meterle un dedo. En todos los años que pasamos juntos tres veces la encule y como tiene un agujerito muy chiquito, le dolió muchísimo Bueno, otra cosa que me gustaba era cuando ella me acababa en mi boca. Ella pocas veces se tragó mi leche, en cambio, la del ultimo amante que tuvo y que ahora es su novio, a ese si, le tomaba hasta la ultima gota. Me decía que tenia un gusto diferente, que era menos ácida que la mía y que le gustaba cuando el se paraba delante de ella y le dejaba caer la leche en su lengua. Eso me puso celoso y al final lo hicimos y la verdad, su cara de puta caliente me hizo acabar como un caballo, no desperdicio una gota, eso fue dos semanas antes de separarnos, me parece que lo hizo a modo de despedida. Son tantas las cosas que vivimos juntos, que no podré olvidarla nunca. Bueno, esta es mi historia, me olvidé de decirles que Stella vive en la ciudad de Montreal, y si la ves no podrías creer jamás que esa Argentina, hija de italianos, tiene el volcán Etna entre las piernas y eso, gracias a mi.