1. Un amigo me entregó en bandeja a su esposa


    Fecha: 24/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Ulpidio, Fuente: CuentoRelatos

    Ausente del país por cuestiones políticas, dejé de tener contacto con mis amistades en la Argentina por un largo tiempo. Me establecí en Bogotá y solamente -primero carteándome y luego por email- me escribía con Mariano, uno de los pocos amigos que se la jugaron por mí cuando me las vi feas y tuve que exiliarme, con apenas 17 años. Ahora tengo 39 y vivo en Cartagena de Indias, pero hace tres recibí una invitación, con pasaje incluido para que fuera a su casamiento en Buenos Aires. Era Mariano. Lamentablemente tuve que negarme por trabajo, aunque mi terapeuta dice que lo hice para no enfrentarme con los fantasmas del pasado. Seguí carteándome ocasionalmente con él hasta que en noviembre del año pasado recibí una llamada que me dejó helado: "Macho, Lucía tiene que ir para allá por cuestiones de negocios. Es un tema muy importante y te pido por favor que vayas a buscarla al aeropuerto porque viaja con mucho dinero y no hay nadie en quién pueda confiar". Recordé nuestras épocas de resistencia y le pedí los datos sobre el vuelo. "Macho -repitió- te debo una". Y cortó. El avión llegó con retraso porque hubo una amenaza de bomba en el Dorado, y salió cuatro horas más tarde desde Bogotá. En Cartagena hacía un calor insoportable y no veía la hora de volver a mi casa, tomarme una cerveza y tirarme a dormir para estar con energías el fin de semana. Dicen que las ciudades nos gustan de acuerdo a lo que nos movilizan y lo que más me gustaba de Cartagena era que yo estaba solo después ...
    ... de muchos años, con ganas de diversión y en un buen momento profesional. Con muchas posibilidades para el futuro. Me había divorciado hacía cuatro meses y en ese lapso me dediqué a conocer bellezas del caribe, rubias, morenas, pelirrojas, extranjeras, amores de una noche, sexo ciento por ciento y nada más. A priori, y viendo las fotos de Mariano, no esperaba encontrarme con lo que me encontré: una morena de 1.75, delgada, pechos prominentes, curvas delicadas y una boca de labios generosos que me hicieron correr un escalofrío por todo mi cuerpo. Para que negarlo, me calentó desde el primer momento y logró provocar mi primera erección cuando me saludó: "si sabía que estabas tan bueno, no me ponía la ropa interior". Sonrío con picardía y me extendió su mano izquierda para que se la besara. En su mano derecha, llevaba un maletín negro, atado a su muñeca con una cadena oro, muy fina, pero de aspecto resistente. Pensé que esta mina era para quilombo y que no podía cagar al único que me dio una mano. Pero todos mis planteos se fueron al cuerno cuando me Lucía me apuró: "Mira Roberto sé que ustedes se conocen hace mucho, pero yo hace tres años que estoy casada y él todavía no me puso una mano encima. Ese amiguito tuyo es bueno para los negocios, pero en la cama es un desastre y no doy más. Mariano me dijo que te recordara que te debía un favor. Si me hacés pasar una semana agradable, juro que lo libero y le digo que no le debés nada". Subimos al auto y me pidió que la llevara a una ...
«123»