La gorda que hacía el aseo en la casa de mi novia
Fecha: 09/11/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Infidelidad
Autor: Eduardo, Fuente: CuentoRelatos
... porque estas fotos me han dejado más caliente que la mierda. Yo la miro y le digo que el que busca encuentra. Ella se ríe y me dice: -Si no fuera tan vieja ya te hubiera bajado los pantalones hace rato. Me levanto de la silla, me doy vuelta y le digo que para mí la edad no es ningún problema, acercando mi paquete que a esa hora estaba a 100. La gorda me mira me baja los pantalones y se mete la verga hasta el fondo de su boca. Yo termino de bajarme todo y le digo que siempre había querido chuparle las tetas. Ella se baja los tirantes se baja el sostén y deja al descubierto un par de tetas descomunales. Mientras me lo sigue chupando empiezo a apretar esas voluminosas masas de carne. La gorda me lo chupaba con una gana metiéndoselo hasta el fondo. Le pido que se pare le agarro el poto y mientras me agacho para chuparle las tetas. Al pararse su vestido se cae y queda solo con su sostén en su estómago y con unos calzones tremendos. Mientras le chupo las tetas ella me decía “Chúpamelas, chúpamelas fuerte ¡mmmmm! Hace años que no me las chupaban tan rico… y hace años que no me metía a la boca un palo tan duro como el tuyo”. La acosté en la cama, le saque el calzón que me hubiera alcanzado para hacerme una carpa para ir a acampar, dejando al descubierto llena de pliegues, una concha cubierta de pelos que llegaban casi hasta su ombligo y se juntaban con los pelos que le salían de su culo. Me puse sobre ella pero con mi boca en su concha y mi verga en su boca. Empecé a chupar como ...
... loco, realmente la gorda me tenía caliente, no me importaba el fuerte olor que salía de su concha, la cual estaba más que mojada. Con mis manos corría sus carnes hasta dejar al descubierto un rojo y mojado choro, en el cual metía mi lengua hasta lo más adentro que podía. Ella trataba de chupármelo, pero a cada rato se lo sacaba para poder gritar a gusto. Yo sabía que los vecinos no estaban así que ni me preocupé como gritaba la gorda, y eso que aun ni se la metía. En eso la gorda lanza un grito que yo creo tiene que haberlo escuchado en su casa “¡Me corro! Uuuuuuaaaaahhhhh”. Yo seguí metiendo mi lengua hasta que me encontré con toda mi cara mojada, la saque y tuve que recurrir a meterle mis dedos. Entraba con tan facilidad que sin pensarlo le metí tres dedos y aun así entraban como si nada. Probé meterle 4 dedos y recién pude sentir un poco de resistencia. Nunca había estado con alguien tan abierta, así que me aventuré a meterle 5 dedos, hasta que de repente tenía toda mi mano dentro de ella. La gorda gritaba de placer y me decía que era toda mía, que la tratara como una puta, que se la metiera por donde pudiera metérsela. La hice que se pusiera en cuatro patas y le metí mi verga por su choro, sin embargo entraba como si estuviera metiéndoselo en el aire, ya que aunque tiene sus buenos centímetros y es bastante gruesa, no lograba tocar nada. No me gustó ese hueco así que se la saque y puse mi punta en la entrada de su culo. “Te la voy a meter hasta el fondo”, le dije metiendo ...