Rencuentro familiar
Fecha: 04/11/2018,
Categorías:
Incesto
Infidelidad
Autor: reybourbon, Fuente: CuentoRelatos
... lentamente los dedos que ella había chupado dentro de su vagina, su cara se contraía en un rictus de placer, quería desviar el rostro pero yo la mantenía mirándome, observe como abría la boca para gemir mientras mis falanges entraban y cuando mis nudillos golpearon su cálido interior vi como suplicaba con la mirada que no me detuviera. Curve ligeramente los dedos e hice el clásico movimiento de dedos como si le dijeras a alguien que se aproximara. No tardó mucho en mezclarse el sonido de sus jadeos con el ruido húmedo de su vagina. Yo trataba de mantenerla de pie pero temblaban mucho sus piernas. Además que los rápidos movimientos de mis dedos le hacían perder el equilibrio. Se estaba viniendo con mi mano, me detuve por completo antes de que terminara. Me estaba mirando a la expectativa de que iba a hacer. Solamente la veía resollar y mover las caderas en espera de que mis dedos consumaran su cometido. Pero solamente lamí los dedos con los que la había estado masturbando sin decirle nada, sin quitarle la mirada de encima. -¡Déjame terminar!-Pidió entre resoplidos. -¿Así se piden las cosas?- Le respondí con tono de burla. Esperé su respuesta con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Por favor, déjame acabar!- Era justo lo que quería escuchar de ella, la empuje más adentro de la mesa de forma que quedara todo su torso sobre la mesa y sus piernas terminarán apenas tocando el suelo. Me coloque atrás de ella y con ambas manos le separe las nalgas. Enseguida me incline y le mordí una de ...
... sus carnosas nalgas. Soltó un pequeño quejido y sin darle tiempo a protestar le mordí la otra nalga. Volvió a quejarse. Podía ver mientras la mordía como apretaba su ano y no me pude resistir, separe más sus nalgas y mordí su ano más suave que a sus nalgas, además que mientras mordisqueaba le pasaba la punta de la lengua. Ella gimió y se movía con las puntas de los pies tratando de levantar más las nalgas. Solté sus nalgas y con las yemas de mis pulgares separe sus labios y lamí su rosada carne. Lo hice tan rápido como mi lengua podía, pero por mucho era más lento de lo que la masturbaba mi mano, ella rogaba por que lo hiciera más fuerte y más rápido. Estaba disfrutando de oírla rogar. Sus piernas temblaban al estar en puntillas, con sus manos apresadas sólo las abría y cerraba tratando de apretar algo que no estaba ahí, el interior de sus muslos tenían cada uno un hilo de sus fluidos. Con la mano izquierda empecé a masturbarme, con la mano derecha frotaba su clítoris y vulva, al tiempo que lamía su interior. Así estuve por unos minutos hasta que de pronto grito, estiro las piernas, tenso las nalgas y se vino. Con la mirada busque su rostro y vi como respiraba con la boca abierta, en la pulida madera de la mesa se formaban manchas de vaho, que aparecían y desaparecían con cada exhalación. Me incorporé rosando con la mano el interior de sus muslos. Se estremeció. Su cabello le cubría parte del rostro, le despeje la cara descubriendo que su mirada estaba clavada en mi. -Ha sido ...