Los amigos de mi hijo - Relatos Eróticos

Los amigos de mi hijo

... poner sobre mi rodilla y comenzó a subir yo tenía ganas de acariciarle la polla por encima del pantalón, pero hacerlo en el coche, además de peligroso, era incomodo, así que le dije:

- Vámonos a algún hotel de carretera.

El aceptó, yo le dije de pasarnos antes por algún cajero, no quería pagar con tarjeta, pero él me dijo:

- Tranquila mi padre me tiene una tarjeta para mí, si le digo que voy de putas no pasa nada, lo que no me consiente es que vaya con Kelly.

Una vez más Fernando se me estaba mostrando como un cretino, eso aumentó mi decisión de que Aitor se lo hiciera con su madre Pilar, pero había que prepararlos a ambos y eso sería otro día. Así que fuimos al hotel, donde el pagó. Entramos a la habitación y cerramos la puerta una vez dentro nos desnudamos mutuamente. Entonces él me dijo:

- Quiero hacerte algo que tanto a tu cuñada como a Kelly les encanta

E intentó arrodillarse ante mí, pero en esos momentos yo tuve otra idea y le dije:

- Así no cariño, túmbate en la cama,

El me hizo caso y se tumbó yo le puse mi coño a la altura de su boca y cuando comenzó a chupármelo y agache y me lance con mi boca sobre su polla, de esta manera comenzamos un sesenta y nueve, la lengua de Aitor comía muy bien, algo que nunca hizo, al menos conmigo, el cretino de su padre, el tamaño de la polla de ambos era muy parecido, ósea que todo eran ventajas con el hijo, yo se la chupaba con ganas adoraba esa polla y estaba comenzando a desarrollar un sentimiento de cariño ...

... hacia su poseedor, creo que estoy comenzando a ser una buenísima mamadora, así que no me costó que se corriera, su semen me llenó la boca y se desparramó por mis tetas, pero antes yo me había corrido varias veces.

Una vez que se corrió yo rápidamente, no quise limpiarme su semen, y me lance hacia su polla con unos cuantos besitos logre que se pusiera dura rápidamente, entonces sujetándola con una mano, me acerqué a la mesilla de la habitación, los propietarios del hotel, sabían qué tipo de clientes íbamos allí, así que habían depositado sobre la mesilla que había al lado de la cama tres condones, rompí el envasado de uno de ellos y poco a poco con mi boca se le fui ajustando a su polla, le costó un poco, debido a su tamaño y grosor y cuando lo tuve completamente colocado me monté encima de él y poco a poco fui introduciendo dentro de mi coño.

Ya lo había experimentado otras veces, pero tener una polla de ese tamaño dentro de mí era extremadamente placentero, el además viendo mis tetas sobre él extendió sus manos y comenzó a acariciármelas, todo ella hacía que estuviera gozando de un placer intenso, si tenía que hacer que madre e hijo follaran. Pensando en ello me volví a correr varias veces, y él también se vino, me fui hacia el papel higiénico que la organización del hotel había colocado también sobre la mesilla quitándole con mucho cuidado el condón, conseguí evitar que la abundante leche que había en su interior se desparramara sobre la colcha, él me dijo:

- Ahora ...