1. Mi vecinito, el niño gordito


    Fecha: 18/04/2024, Categorías: Gays Autor: Sonic13, Fuente: SexoSinTabues30

    ... seguido me agarró los huevos en su mano, – Tienes una vergota y unos huevotes- Dijo, y pasó su mano de mis huevos al tallo de mi pene y así comenzó a intercalar tomando mi pene y mis huevos en su mano menudita. Permanecía rígido lleno de nervios mientras me dejaba manosear por ese niño, pensaba en lo incorrecto que era correcto lo que hacíamos, pero al final mi mano como teniendo vida propia se movió llendo a parar a la entrepierna de Martincito, primero en sus huevitos, eran pequeños y de la misma forma su piel muy sedosa,
    
    – Tus huevos y tu verguita también están bien para alguien de tu edad- Le dije, y seguí manoseando sus huevos para después pasar y tomarlo del pene, su penesito estaba considerablemente grande para su edad y debía tenerlo igual de grueso que mi dedo índice, también tocaba con discreción su lampiña ingle acolchonada por su gordura. A diferencia de Martincito que solo me palpaba y apretaba levemente, yo si lo estaba masturbando a él, pelaba y meneaba su verguita mientras veía excitado su mano en mi pene, una gotita de líquido había comenzado a salirme y Martincito apretaba mi ...
    ... verga como buscando que saliera más. Estaba muy caliente, muy, muy caliente cuando se escuchó una voz femenina gritando a lo lejos,
    
    – Martincito!- Decía
    
    – Es mi mamá- Dijo Martincito cómo si nada, – Ya me tengo que ir- Añadió y soltando mi verga comenzó a subirse la ropa, yo hice lo mismo con un poco de dificultad por la erección.
    
    – Martincito!- Se escuchó de nuevo, entonces el niño se apuró a salir y yo detrás de él.
    
    – Oye- Le dije, Martincito se detuvo y volteó a verme, – No le digas a nadie… Lo que estábamos haciendo en el baño-
    
    – Pues no- Respondió con una sonrisa, yo le sonreí igual y lo ví alejarse como volteaba a los lados y cruzaba la calle. Al otro lado estaba su mamá, le parecía estar diciendo algo a Martincito, él le apuntó en mi dirección con el dedo, entonces su mamá dirigió su mirada hacia mí y me saludó con una sonrisa, yo hice lo mismo saludándola mientras por dentro estaba que me moría de miedo y nervios y finalmente el niño y su mamá se fueron a su casa y yo me quedé ahí con la mente echa una maraña de ideas, el auto destartalado y el muñeco que Martincito había olvidado. 
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