1. Venganza


    Fecha: 18/04/2024, Categorías: Infidelidad Autor: TuesdayScripter, Fuente: TodoRelatos

    ... treinta años, pero fui yo el sorprendido.
    
    —Andrés... —la escuché, ahora sí, con un tono de sorpresa—. Eva se pasó de la raya. ¿Qué le pasa?
    
    Ante su pregunta, me giré y me encontré con sus ojos cafés, desprovistos de los lentes que solían cubrirlos, ahora colgando del cuello de su camisa. Sin darle tiempo a reaccionar, la atraje hacia mí, fundiendo nuestros cuerpos en un abrazo rápido que provocó el roce de nuestros pechos. En ese instante, un sentimiento ardiente de deseo y venganza se apoderó de mi mente mientras observaba a Julieta frente a mí. Cada fibra de mi ser anhelaba la oportunidad de hacerle pagar a Eva por lo que me había hecho, de reclamar justicia de la única manera que sabía cómo hacerlo: a través del sexo, incluso entre familia. Sin titubear, decidí que, nada más ni nada menos, su hermana sería el instrumento de mi venganza. Pasiva, dulce… sabía que no podría negarse a mí.
    
    —Tú serás mivenganza, Julieta —afirmé, sintiendo que mis pensamientos se mezclaban con violencia—. Te voy a follar hoy y te harésentir mujer.
    
    —P-para, Andrés —gimoteó, cuando mis manos fueron a su culo y empezaba a plantarle besos alrededor de su delgado cuello—. P-para esto, p-por favor…
    
    —Shh… Lo vas a disfrutar mucho, incluso más que yo.
    
    Mis dedos rozaban la tela de su camisa, a punto de jalarla, cuando un golpe áspero me azotó la mejilla.
    
    —¡¿Qué te pasa, animal?! ¡¿Vas a violarme?!
    
    En un movimiento vertiginoso, la levanté y la cargué sobre mis hombros. Conocía su ...
    ... bodega como la palma de mi mano, así que no dudé en dirigirme a su oficina y tirarla sobre una mesa que, en las horas de la noche, siempre estaba despejada. Julieta se quedó inmóvil durante unos segundos, y su calma me llenó de un escalofrío de aprensión.
    
    —¿Vas a violarme…? —repitió, ladeando su cabeza—. ¿Abusarás de tu propia cuñada?
    
    —Es muy irónico que lo haga, incluso teniendo el uniforme todavía, ¿no te parece? —intenté aligerar la tensión con una broma, quitándome la chaqueta con un gesto exagerado—. ¿Serás una buena chica, Julieta? No quiero ponerme rudo.
    
    —Tienes dos huevos, Andrés.
    
    La risa brotó de mi interior, y de pronto sentí cómo una ola de calidez recorría mi rostro, despejando las tensiones. Desabrochar los botones de su camisa fue un reto al principio, pero me encontré con la inesperada ayuda de sus propias manos, que se apresuraban a deshacerse de la prenda. La piel erizada y el ritmo acelerado de su pecho me confirmaron su excitación.
    
    —Sé que quieres esto, Julieta… —exclamé, al irme quitando el cinturón—. ¿Por qué no vienes y me ayudas?
    
    Julieta titubeó, pero terminó aceptando. Sus pálidas manos se encargaron de desabrocharme los botones del pantalón y bajar mi cierre. Rápidamente levanté una pierna y me quité de un tirón mi pantalón y bóxer, haciendo que mi polla saliera desprendida. Sus cejas se arquearon en un gesto de sorpresa, y sus ojos se encontraron con los míos en un instante.
    
    —Me tienes cachondísimo —le susurré, jalándola suavemente ...
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