1. Ninfa Seminal


    Fecha: 08/07/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: Erebo, Fuente: computo.ru

    me dió fue su nariz, ella parecía ya haberme localizado, olfateaba el aire con furibunda desesperación, y su reacción me pareció de lo más singular. Tal cual me hubiese visto a los ojos, se sonrojó y cerró las cortinas, para después apagar la luz, desapareciendo en la oscuridad de la noche.
    
    Sin encender la luz, busqué algo con que limpiar el charco de simiente del suelo y una vez pude desaparecer toda la evidencia, me acosté en la cama. 
    
    Esa noche, sin embargo, tuve los sueños más eróticos y alocados de toda mi vida hasta ese momento, a las cinco de la mañana me desperté, me sentía raro. Al levantarme, todavía oscuro, me revisé el pantalón del pijama de calor y me percaté que estaba tan mojado como si me hubiese orinado encima. Pero otra vez ese aroma, era muy dulce y había inundado por completo mi habitación. Me sentía muy caliente, a pesar de haberme venido en cantidades nunca antes vistas por mí, sentía la enorme necesidad de volverme a pajear.
    
    De nuevo llevé mi mano a mi guevo y me hice la chaqueta más rápida y ruda de mi vida. Me vine de nuevo lanzando todo lo que parecía ser mi reserva de lefa en el cuerpo.
    
    Una vez me terminé de venir, elsueño se volvió a apoderar de mí.
    
    Desperté a las once de la mañana, las risas y plática se escuchaba de fondo, conforme me desperecé, identifique los timbres de voz, eran mamá y Dalia, me asomé a la ventana y la ví de nuevo, ahora mucho más cerca. Tenía dos pequeños lunares en su rostro, uno al lado de su ojo ...
     izquierdo y el otro en su la mejilla del mismo lado.
    
    Nuestras miradas se cruzaron por accidente, ella platicaba y el movimiento de su cabeza hizo que nuestros ojos se engancharan mutuamente. Al instante sus mejillas se tornaron de un color rojizo, casi del mismo saturado que su cabello.
    
    Mamá se dió cuenta de ello y me presentó con ella, para instantes ulteriores, pedirme que saliera a saludar. Me retiré de la ventana y me disponía a bajar para poderla conocer de cerca, sin embargo me resbalé, al levantarme de nuevo me dí cuenta de que había sido por culpa de un pequeño charco de semen en el piso.
    
    Mamá de nuevo me apuró a salir, y sin tiempo para poder limpiarme, me calcé con unas sandalias de estar por casa negras y baje con cuidado, ya que la humedad en mi piel me seguían falseando el caminar.
    
    Al salir, me presenté y mamá me la presentó, su nombre era Ninfa. Al instante pude notar una visible incomodidad. Se disculpó pretextando que se había olvidado de ordenar unas cosas que necesitaba sin especificar nada y volvió a su casa, notoriamente descompuesta.
    
    -No es tu día hermanito, parece que no le caes muy bien. O algo le habrás hecho.
    -No, nada.
    Los tres regresamos a casa y nos ocupanos de nustras cosas. Yo por supuesto me ocupé de limpiar a conciencia mi derrame seminal en mi cuarto, ventilé y aromaticé lo más que pude para disimular en lo posible la torrida noche de lujuria.
    
    Pasada la una de la tarde, mamá y Dalia salieron a comprar al supermercado lo que ...
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