1. Ayyy paraguayo!!!


    Fecha: 18/05/2021, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Pedro, Fuente: computo.ru

    Arrancaban  los años 90's yo había terminado la secundaria y no quise seguir estudiando porque con el trabajo familiar ganaba muy buen dinero. Nos dedicamos a la horticultura. Yo tenía 18 años, un metro 80, 78 kg, físico musculoso muy fibroso, morocha de tez blanca, muchos me llamaban el baby face, piernas torneadas y cola parada y respingada mi novia me bromeaba diciendo qué yo tenía mejor cola que ella. Porque encima no tenía ni un solo pelo. Trabajaba mucho en el campo y noche por medio domingo martes y jueves iba con el camión al mercado a llevar la verdura. Empecé a conocer mucha gente entre ellos La cuadrilla que me descargaba  la mercadería del puesto donde se comercializaba. La cuadrilla que descargaba nuestra mercadería estaba a cargo de Héctor, un cuarentón serio y osco. Dos hijos de veintipico de años y un paraguayo eran los que trabajaban con él. Enseguida entablamos una buena relación ,bromas chistes etcétera. Pero sin darme cuenta muchas veces me quedaba mirando al Paraguayo, era un muchacho de piel bronceada fibroso de pelo largo y ondulado castaño claro. Ojos verdosos, y la tonada inconfundible paraguaya. Me llamaba mucho la atención, pero trataba de disimular, nunca me habían gustado los hombres, pere éste paraguayo de algo que me atrapaba. Y a la vez veía qué no le era indiferente, él también me miraba de una forma distinta a las demás, cada vez íbamos tomando más confianza y los chistes eran cada vez más subidos de tono. Él me empezó a llamar bebé, cuando ...
     llegaba y nos saludábamos, él me abrazaba y había veces que con su mano me palmeaba mis nalgas. Siempre que llegaba y me saludaba trataba de que el saludo no nos viera nadie. No voy a negar que esperaba con ansias el saludo. Parecía que necesitaba que el paraguayo me abrazará y me cacheteara las nalgas, cuando esto pasaba Yo lo miraba con una sonrisa pícara y nada más. Pero deseaba ese momento. Un día, cuando llegué, el ya estaba solo en el puesto esperando. No andaba nadie en todo el mercado, y cuando fuimos a saludar me abrazó y no me soltaba, bajó sus manos hasta mis glúteos. Por un instante no supe qué hacer y me solté, y el movimiento el pierde su mano derecha de mi cola, mi automática reacción fue el de un enojo forzado, por momento en serio cuenta qué tal vez había metido la pata y se había equivocado al tocarme La cola. Se volvió y me pidió me disculpas, y me encargo que por favor no le dijera nada a Héctor que si no lo echaría si se enteraba que me había faltado el respeto. Yo no sabía cómo reaccionar y le dije todo bien!. Siempre ,cuando regresábamos me quedaba de pasada dejarlos en su casa. Ese día la vuelta el paraguayo vino completamente callado todo el camino, como si tuviera miedo que yo le dijese algo Héctor de lo que me había hecho. La próxima anoche llegué al mercado y él ya estaba, me bajé del camión y lo saludé como siempre, con un abrazo. El paraguayo me dijo estás enojado conmigo? Le respondí por qué?? Cómo habiendo olvidado que me había metido la mano en ...
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