Bajo el cielo de Siberia (3)
Fecha: 11/08/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
CAPÍTULO 3º Nadezhda, ayudada por sus dos camaradas de la Guardia Roja, tiraba del cuerpo del amo Alyosha, cuando una de las heridas del pecho pareció que volvía a sangrar; además, sucedió que uno de aquellos dos hombres dijo estar casi seguro de haber oído hablar, quejarse, al hombre. Todos pararon y, con suma atención, volvieron a estudiar, casi analizar, aquél cuerpo que más que nada, asemejaba ser un cadáver; y el exhaustivo examen parecía concordar con las simples apariencias, cuando el “cadáver” se medio incorporó gritando como un poseso, un fuera de sí… ¡ADELANTE!... ¡ADELANTE SOLDADOS!... ¡POR LA PATRIA, POR LA RELIGIÓN!... ¡ADELANTE!... ¡VICTORIA O MUERTE!… ¡VICTORIA O MUERTE!... Y cayó de nuevo desfondado, sin sentido… Medio muerto… Pero sólo eso, medio, que no entero… Aunque… Como es lógico, todo aquél grupito, los dos hombres y Nadia, se quedaron mudos al instante, pues eso no podían esperarlo ni por intervención divina, ni por un milagro de Señor, Dios del Universo; pero ahí estaba; no cabía duda… Ese cuerpo, AÚN, no estaba muerto, todavía alentaba… Poco; muy poco, sí…pero alentaba… ¿Qué…qué hacemos?... Quien había hablado era el de más edad de ambos hombres, y expresaba, realmente, el pensamiento de los tres, los dos hombres y la mujer… ¿Qué hacer con esa persona?... Realmente, que hubiera “revivido”, era un problemón enorme, pues muerto, lo echaban por uno de los agujeros hechos en la capa helada del lago, “e tutti contenti”, pero así, qué narices hacían… ...
Fue el hombre de menos edad el que habló diciendo algo que podía ser una solución, pero también la ruina de todos ellos. Se trataba de, simplemente, trocar las ropas, el uniforme del oficial blanco, por las de cualquiera de los camaradas que por allí yacían, muertos, y llevarle al puesto de socorro como si fuera un camarada herido…Era peligroso, pero podía salir bien… Y, sobre todo, lo único que veían posible, viable Así lo hicieron, tratando de tardar lo menos posible en el cambio de las ropas, manteniendo, de todas formas, el cuerpo de Aleksei Boronsov bien arropado entre mantas, uniendo las suyas propias y las de los camaradas, y no camaradas, que nunca más las necesitarían… Así, con esfuerzos tremendos, aunque en el camino algún que otro camarada de la Guardia se les uniría, tratando de ayudar al “camarada” tan necesitado de ayuda… Y por fin, dejaron al herido en el puesto de socorro. Eso sí, sobre todo los dos hombres que primero ayudaron a Nadia, desaparecieron de allí casi antes de que los enfermeros se hicieran cargo del herido, que mejor prevenir que no lamentar luego, y si ni se fijan en ti, mejor que mejor. Allí, con el cuerpo casi destrozado de Aleksei Aleksandrovich quedó sola Nadezhda; esa misma noche le operó un cirujano de la Guardia Roja… Hacía mucho, muchísimo tiempo, que Nadezhda no rezaba; tanto, que ya ni se acordaba de cómo se reza, oraciones y tal, así que se dirigió a Dios, hablándole, simplemente; contándole sus cuitas, su inmenso dolor tal y como se ...